En el año 2007, el Consell insular de Eivissa, entonces presidido por Xico Tarrés (ese político que desde que está en el Parlament balear se ha convertido en una “compresa evax”, porque no se nota, no se mueve y no traspasa), llevó a efecto la que sería la “medida estrella” de su mandato, la prohibición y extinción definitiva de los locales “after hours”.

Si uno hace ese sano y necesario ejercicio que es el “tirar de hemeroteca”, verá que aquella medida llegó envuelta en una gran controversia rayana en cisma social, que incluso llegó a provocar la convocatoria de manifestaciones (la más numerosa congregó a 25 personas) de trabajadores de los locales afectados y fiesteros varios, y titulares en toda la prensa (tanto nacional como foránea) de tintes apocalípticos, del tipo “IBIZA, EL FIN DE LA FIESTA”. Las razones aducidas para tamaña decisión, fueron las de romper un circuito perverso de fiesta sin fin, que provocaba un consumo desaforado de todo tipo de drogas, conductas antisociales y peligrosas, aumento de los accidentes mortales de tráfico, saturación de los servicios de emergencias, alarma social, etc…

Han pasado ya diez años y por increíble que parezca Xico y compañía aún siguen sacando pecho por aquella decisión y reclaman para si el trato de “héroes nacionales”, lo que demuestra a las claras que nuestra realidad y la de los políticos, son dimensiones paralelas, pues lo que ellos ven y venden como un éxito, para el común de los mortales fue el pistoletazo de salida a la Ibiza actual, un lugar cada vez más invivible porque cada rincón puede ser susceptible de acabar convertido en discoteca. Y es que ese y no otro es el problema generado a raíz de la prohibición, antes de la misma, la “ruta fiestera” estaba más que clara, y su final (los famosos afters) también, eran cuatro o cinco locales por todos de sobras conocidos, por lo que el problema estaba en cierta manera focalizado (la mayor parte de la oferta se concentraba en Playa den Bossa), acotado y controlado (si es que esto último es posible), también es bueno recordar que la mayoría de estos establecimientos eran locales cerrados y con las homologaciones pertinentes, por lo que las molestias que generaban eran las mismas que pueda generar cualquier otra discoteca, pero a raíz de la prohibición todo cambió…y a peor. Si de nuevo nos damos un paseíto por la hemeroteca, podremos constatar que tan solo hizo falta una temporada de transición (la del 2008), para buscar alternativas que permitiesen a los zombis de la fiesta continuar con su particular “walking dead”, y es cuando se pone en marcha la maquinaria del lado más oscuro de la industria del ocio, y empiezan a aflorar los “bitch clabs”, los hoteles discoteca, los botellones, los party boats, se multiplican las fiestas ilegales por casas, piscinas, mansiones, pisos, playas, zonas de bosque, etc… resumiendo, lo que hicieron estos iluminados con su decisión, fue coger un gran plato lleno de mierda y ponerlo delante del ventilador…esparciendo esa mierda por toda nuestra geografía, porque una vez pasada esta “década prodigiosa”, ya tenemos suficientes datos para poder esgrimir que aquella decisión fue y es, un enorme fracaso; ni se ha mitigado el consumo de drogas, ni se ha reducido la siniestralidad en cuestiones de tráfico, ni se ha mejorado en cuestiones relativas a la seguridad y la criminalidad, ni se dejan de saturar los servicios médicos, ni se ha generado un clima de tranquilidad que aumente la calidad de vida de los que aquí residimos cada año, ni…nada!!! Más bien han aumentado hasta él infinito todos y cada uno de ellos, a los que hay que añadir el ya mencionado de tener la isla entera convertida en una gran “mierdiparty”. Este tipo de cosas son las que suelen pasar cuando se permite que personas de inteligencia limitada y cortoplacista tomen según que decisiones ( y no escarmentamos, ahí está de presidente Rajoy y su caterva para demostrarlo! ), aquello fue como querer parar el mar con un ladrillo, y parte de una premisa equivocada, que es el creer que son los sitios los que propician “el vicio”, en vez de aceptar la realidad…que es un problema de las personas, de su cultura, de su moralidad, de sus valores, y una vez aceptado esto, trabajar para cambiarlo, y eso sólo se consigue a través de la educación ( que conlleva cosas tan poco “progres” como disciplina, esfuerzo, castigo…), claro que los políticos de todos los colores no suelen ser muy amigos de fomentarla, ya que un pueblo ilustrado, posiblemente les acabaría propinando a la gran mayoría de ellos, una patada en el culo de proporciones épicas. Es curioso, pero al final, los más beneficiados de todo aquello han sido los grandes empresarios de siempre, y los perjudicados hemos sido también los de siempre, el “pueblo llano” (más que llano, aplastado), y es que yo siempre he sospechado (y creo que no soy el único), que muchos en el PSOE…son agentes secretos del PP. Ala…que siga la fiestaaaaaa!!!