A los políticos los ciudadanos le importan un bledo, eso sí, hacen política usándolos cual condón. El político suele retorcer al ciudadano hasta que le hace tal lío que es incapaz de discernir con claridad y sobre todo opinar lo que es cabal. Un ejemplo lo tenemos estos días con el Govern balear, que ha visto como algunas de sus propuestas podrían ser tumbadas por leyes del Reino de España que son superiores a las autonómicas. No se quieren enterar que el gobierno autonómico debería ser sobre todo una descentralización administrativa y que las leyes de calado se hacen en el Congreso. El Govern, para arreglar todos los problemas de las Baleares, ha sacado una batería de medidas: (1) subida de la ecotasa, (2) sanidad universal, (3) plus para los funcionarios que hagan carrera profesional. Pero esas medidas no tienen la aprobación de los isleños, no se ha discutido sobre ese asunto para nada, no se ha puesto en un programa electoral para ver qué dice la peña. No sabemos siquiera si esas medidas perjudican o no la economía del archipiélago. ¿Se ha hecho algún estudio? Los turistas ya pagan, ¿se les dobla el impuesto para que esté contento Biel Barceló? Los funcionarios ya tienen un curro seguro, ¿hay que primarles más? ¿Es que andan tan sobrados de tiempo para hacer carrera profesional? Es verdad que la pobre gente que no tiene papeles y sobrevive en Baleares, pues habrá que darles sanidad, se les da, pero tampoco hace falta publicitarlo porque es efecto llamada. Es probable que el Gobierno de España tumbe todo esto. Da la impresión de que estas propuestas están hechas expresamente para que las tumben en Madrid y enarbolar luego la eterna letanía del Centralismo que tanto arropa al político mediocre.