Si no llegamos a publicar las impactantes fotos del nuevo chiringuito junto al mar levantado en Cala Gració, donde jamás había habido nada parecido, usted no se entera de nada hasta que el tenderete está a pleno rendimiento con sus 11 mesas, sus 38 sillas y sus 70 metros cuadrados ecológicos y desmontables. En pleno debate social sobre los límites del negocio turístico, viene la Demarcación de Costas (en manos del PP) y con el placet del Ayuntamiento de Sant Antoni (en manos del PSOE, de Reinicia y del Pi) y autoriza un nuevo tinglado para que sea explotado el veranito. Tantas organizaciones pidiendo poner freno a la máquina e incluso cerrar lo ya abierto y nos plantan un nuevo negocio sobre las rocas de un paraje hasta ahora virgen. El Ayuntamiento a nosotros no nos quiso dar ninguna información, a la vez que iba contándoles a otros medios que todo era legal y contaba con todos los permisos. Está escrito y publicado. No me lo invento. Les mintieron, claro.
Cuando las entidades ecologistas pusieron el grito en el cielo denunciando la incongruencia de que PSOE y Reinicia, con su Pablo Valdés y todo, ejecutasen semejante aberración (que es dudoso que el PP se hubiera atrevido a perpetrar), el alcalde Cires dijo que había «irregularidades» y que se paralizaba la instalación. Otra impostura. El montaje siguió como si nada e incluso su gerente dijo que todo estaba en regla y que el sábado sería el opening. Solo cuando publicamos eso se envió a la Policía Local, muy a desgana, aunque los responsables del negocio piensan abrir sí o sí este finde. ¡Y bien que hacen! Conviene que usted sepa que todo lo que le hemos contado ha sido a pesar de todos los obstáculos posibles que nos ha puesto el Ayuntamiento que lidera el presidente del Club Náutico. Con eso está todo dicho.