Estos días hemos podido seguir de manera pública y con todo lujo de detalles, el enfrentamiento entre las facciones ibicenca y mallorquina, de ese «Ok Corral» de la política que es el PP balear, a cuenta de la cantidad de cargos a los que se puede postular una persona. Hay que reconocer que no ha faltado de nada: posiciones enfrentadas, declaraciones altisonantes, ardor guerrero, amago de ruptura, con un final apoteósico en el que los valientes y nobles peperos locales, todos a una como en Fuenteovejuna, ponen en su sitio al abusón ogro mallorquín, logrando imponer su parecer. Y como guinda a ese pastel de gloria, una última foto con todos felices y arracimados en torno a su líder supremo, que estaba de visita evangelizadora en nuestra isla, para salvarnos de esa turismofobia que nos invade y que según parece está socavando nuestra sociedad hasta llevarla al caos más absoluto. ¡¡¡Bravo, bravo, bravoooo!!!!

Ahora mi pregunta es… ¿se lo han creído? Si la respuesta es afirmativa, acéptenme un consejo, no lo hagan, pues no es más que una burda representación, un teatrillo, una farsa...un genuino ‘pparippé’.

Y es que a la memoria se une ese maravilloso invento llamado hemeroteca que nos dice que cada vez que se acerca un periodo electoral, se da la curiosa circunstancia de que los partidos políticos que pertenecen a estructuras nacionales o autonómicas, se esfuerzan en demostrarnos y convencernos de que son «libres e independientes» frente a Mallorca, y que llegado el caso defenderán nuestros intereses con uñas y dientes, por encima de cualquier otra consideración. Si no me creen, viajen por ejemplo cuatro años atrás en el tiempo y verán una bronca cuasi calcada a la actual. Entonces el motivo fue la amenaza mallorquina de reducir el número de diputados, lo que menguaba a nueve la representación Ibicenca. Qué curioso, ¿verdad? Y no crean que esta táctica es exclusiva de la derecha, sin abandonar el tema de la representatividad. Ahí tienen sin ir más lejos a los bravos cruzados del PSOE local, que estos días anuncian a bombo y platillo que van a exigir al Parlament balear que se otorgue a cada isla el número de diputados que le correspondan en función del número de habitantes... y lo dice el mismo PSOE que viene de gobernar ese mismo Parlament estos últimos cuatro años y que de este tema no ha dicho ni mú. ¿Amnésicos o sinvergüenzas?
Otro ejemplo nos lo proporciona Unidas Podemos con el tema cabras. Aquí se junta por un lado el intento de parasitar en su provecho un conjunto de acciones que han surgido de la sociedad civil. Y por el otro el aprovechar un tema muy «de sentimientos», para haciéndose los ofendiditos, poner unos sobreactuados gritos en el cielo de lo malos que son en Mayurka y así, entre una cosa y la otra, intentar colgarse ni más ni menos que dos medallitas... qué rápido que aprenden los de la nueva política.

Finalmente la única verdad es que legislatura tras legislatura se pone de manifiesto que toda esta panda de «patriotas», llegado el momento de demostrar con hechos sus palabras, nos dan una variada muestra de todas las formas posibles de sumisión a las políticas y decisiones que emanan del Parlament, y que la mayoría de las veces suponen un perjuicio y agravio manifiesto para nuestra isla. Ejemplos los tenemos a porrillo y algunos cercanos: aceptar que el dinero del impuesto turístico se entregue a Mallorca y que sean ellos los que decidan cuánto nos dan y en qué lo gastamos (vamos, lo de siempre ), la pérdida de millones en la reciente ley de capitalidad, la infrafinanciación a la competencia de promoción turística... y así hasta llenar una larga lista. Otra muestra de la vergonzosa docilidad de toda esta ralea de «amallorquinados», es que al ser inqueridos del por qué de transigir con según qué imposiciones, todos sin distinción contestan lo mismo: «es mejor un mal acuerdo que ningún acuerdo». Y ese mantra les sirve para seguir viviendo a nuestra costa... y a nuestra contra, pues cada mal acuerdo del que se vanaglorian, castiga y merma nuestra calidad de vida. Y tengan todas y todos ustedes la certeza de que mientras sigan delegando con el voto su representación en este tipo de partidos, nada de esto va a cambiar, ya que por encima de ellos va a estar siempre el eje Madrid (o Barcelona)/Mallorca. Y por mucho que lo quieran disfrazar, serán siempre el perro al final de esa cadena, un perro fiel que nunca muerde la mano del amo que le da de comer, amo que siempre va a priorizar el tener contenta a la isla grande, pues es donde está el mayor granero de votos. Y todo esto sin contar con su adlátere menorquin, que también pone todo su empeño no ya en defender lo suyo...sino en atacar lo nuestro.

Por todo esto, pido a mis paisan@s que abran los ojos y reaccionen de una vez, y que cuando pase el torbellino de las elecciones nacionales y llegue el momento de dirimir las cuestiones domésticas, se decanten por apoyar una iniciativa 100 % de y para Ibiza, sin cadenas, sin nadie por encima, sin pleitesias, sin complejos y sin miedos. El momento es ahora o nunca, pues estamos alcanzando un peligroso punto de no retorno en cuestiones vitales para nuestra sociedad. Así que dejémonos de ‘pparippés’ y demos paso a la épica.