Unas cuantas declaraciones semanales del ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, es lo único que necesita el PP de Biel Company para volver a ser la fuerza más votada en las próximas elecciones generales que se celebrarán en noviembre, por capricho del líder del PSOE, Pedro Sánchez. El número dos de los socialistas, casi nada, opina que los ciudadanos de Balears que se benefician del descuento de residente que subvenciona el 75% del precio de los billetes de barco y avión son, per se, sospechosos a quienes la Agencia Tributaria debe examinar con lupa. Defraudadores en potencia que se benefician de un descuento injusto, que se paga gracias a la solidaridad del resto de españoles con unas islas ricas, que no merecen otra cosa que ser exprimidas hasta que no haya nada que seguir expoliando. Que los datos de los residentes en Canarias y Balears que tienen el lujoso vicio de viajar, se crucen con Hacienda para comprobar su nivel de renta, por orden del ministro Ábalos, revela nítidamente la opinión que alberga sobre ellos.

Ya puede venir Pilar Costa y el presidente socialista de Canarias, Ángel Víctor Torres, a asegurar que el descuento de residente está garantizado. Claro, claro. ¿Qué van a decir? Lo que está asegurado si Ábalos sigue al frente del ministerio de Adif, Renfe y autopistas varias, —cosas que los baleares solo conocen por el Telediario porque pagan y muy raramente se benefician de estas costosísimas y deficitarias infraestructuras—, es que la mejor medida aprobada por el Gobierno de España en los últimos diez años con respecto a los indígenas que habitan el archipiélago balear, tiene los días contados. Nadie lo dirá y menos antes de una campaña electoral perfectamente prescindible, pero se avecina una crisis y hay que recortar. Hacerlo por ahí no le dolerá a nadie. O si les duele, no protestarán demasiado. Desde luego, los diputados y senadores socialistas no abrirán la boca, como de costumbre. Guardarán silencio como tumbas. Y los socios de los socialistas, ya veremos.

El PSOE es el partido que votó en contra de los presupuestos que aumentaron el descuento de residente al 75%. Y Ábalos es el ministro que dijo que no se podía aplicar inmediatamente. Pero sí se pudo. Luego Ábalos deja claras sus intenciones. Francina Armengol le ha cantado las cuarenta, pero ya se sabe el caso que les hacen en Madrid a los inquilinos del Consolat de Mar.