Una pareja ha sido sorprendida mientras follaba en el faro del puerto de Ibiza. En lugar de optar por el coitus interruptus, mantuvieron sus apasionadas relaciones y fueron grabados sin piedad alguna. O tal vez ni siquiera darse cuenta de que eran observados científicamente, como si fueran una pareja del zoo. Es sin duda una gran publicidad de las bondades del tiempo pitiuso en pleno invierno, pues un apretón carnal es más frecuente cuando hace buen clima. Y hemos tenido una adelantada primavera…

Cuando el amor llama, es imposible resistirse. En el Palacio Flotante (ciudad burdel del Japón feudal) rezaba esta inscripción: El deseo no puede esperar, exige satisfacción.

Una vez encontré a una pareja abrazada ardientemente en el interior de la cueva de Es Cuieram. Sin duda pretendían realizar una ofrenda pagana a la diosa Tanit, pues estaban sobre la piedra que servía como altar de sacrificios. En otra ocasión, descubrí una joven pareja en pleno kamasutra en ses Fontanelles, cerca de las pinturas rupestres. Debían ser gimnastas olímpicos, pues las posturas desafiaban cualquier gravedad.

Hay lugares perdidos en la naturaleza que actúan como un potente afrodisiaco y despiertan la libido del más frío mortal. Pero, a no ser que se participe en alguna desenfrenada orgía o se tenga el deseo perverso de ser observado, lo mejor es cierta soledad sonora, sin nadie a la vista que pueda provocar un anticlímax con su inesperada presencia. Un escondite discreto, como se ha hecho toda la vida, sin presencia de móviles chivatos.

Lo demás es brutal exhibicionismo.