Imagen de archivo de las instalaciones del Club Náutico de Ibiza.

Tras varios años de procedimiento judicial, el Tribunal Supremo ha tumbado definitivamente la adjudicación arbitraria que hizo la Autoridad Portuaria de Baleares al Club Náutico de Ibiza. Al club ibicenco se le acabó en 2010 la concesión mediante la cual se le adjudicaban las instalaciones que lleva ocupado desde hace más de 90 años, pero la APB decidió prorrogarla sin sacarla a concurso, favoreciendo con ello al CNI.

Fue entonces cuando un club de nueva creación (cuyos pilares fundamentales no son expertos en náutica, sino en derecho administrativo) acudió a los tribunales al apreciar que se daba un trato de favor a la entidad ibicenca en detrimento de otros aspirantes a gestionar las jugosas y lucrativas instalaciones. Ganaron el pulso judicial cuando el Tribunal Superior de Justicia de Baleares les dio parcialmente la razón, aunque la APB acudió en casación al Supremo mediante la abogacía del Estado. La mera admisión a trámite del recurso fue celebrada con mucho boato y poca prudencia, dado que el alto tribunal les ha propiciado un varapalo irreversible y definitivo.

A mayor abundamiento, esta adjudicación también está siendo investigada por la vía penal y se encuentra en una pieza declarada secreto de sumario. Precisamente, el caso Puertos acabó con la cúpula de la APB detenida y con Armengol despejando del Govern a los posibles consellers imputados y nombrando a un peso pesado para restaurar el rumbo de una APB que navega a la deriva.

A este affaire se suma el escándalo urbanístico que afecta a las innumerables edificaciones presuntamente ilegales en Marina Ibiza que ha sido destapado por Periódico de Ibiza y Formentera y que cuenta con la firma de la APB y un Ayuntamiento de Ibiza cómplice. Todo apunta a que lo mejor está por llegar.