Un código QR. | Pixabay

Los riesgos de los QR. Así se titula mi artículo de opinión publicado el pasado 16 de diciembre de 2020 en este mismo periódico. Sí, ha pasado un año desde que advertí de los peligros de escanear los códigos QR, pero parece que no ha calado entre algunas personas. ¿Por qué les digo esto? Hace unos días leí un artículo en el que se informaba de que la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Sant Antoni ha puesto en marcha por segundo año consecutivo el juego de los duendes de Navidad. Son un total de 11 duendes que los niños pueden empezar a buscar por diferentes rincones del pueblo. Una vez los encuentren, pueden escuchar la historia que tienen guardada en sus códigos QR, hacerse una foto con cada uno de ellos y publicarlas en las redes sociales con la etiqueta #NadalAPortmany.

Al finalizar las fiestas, se hará un sorteo entre todos los participantes que cuelguen las fotos con todos los duendes y el ganador recibirá un regalo. Se trata de una estupenda actividad para los más pequeños de la casa. Lo cierto es que este juego tiene riesgos y amenazas que, sin duda, hay que recordar para evitar caer en las trampas.

Vuelvo a hacerles las mismas preguntas de hace un año: ¿Sabe qué riesgos puede suponer escanear un inocente código con la cámara del móvil? ¿Qué pasa si el código QR te dirige a un sitio web suplantado para robarle información privada? El usuario puede ser redirigido a un sitio web ilegítimo diseñado para realizar acciones maliciosas en segundo plano. Es importante prestar atención a la hora de escanear un código QR. Hay lectores que te permiten ver la URL antes de acceder al contenido, pero otros no aportan información sobre el vínculo.