Vehículos en el puerto de Ibiza embarcando hacia Formentera. | Daniel Espinosa - Archivo

La regulación de entrada de vehículos en Formentera es uno de los proyectos estrella de esta legislatura del Consell. La aprobación de la Ley de Sostenibilidad Medioambiental en el Parlament buscaba acabar con la saturación de las carreteras y caminos de la isla en los meses de julio y agosto, entre otras cosas.

Los frutos obtenidos no son ni de lejos, los deseados. Si bien el pasado verano se redujo en un 8 % el techo de vehículos que podían circular diariamente por la isla respecto a 2019, la sensación de colapso fue la misma o peor que la de cualquier verano anterior a la pandemia, habiéndose incrementado el trafico en hora punta en un 11 %.

La Conselleria de Movilidad de la institución achaca esta saturación a que los visitantes vienen menos días y por tanto se mueven más para poder verlo todo. Según las cuentas, la media de estancia se ha reducido de los siete días hasta los tres o cuatro.

Formentera culpa en gran parte de la saturación veraniega a los visitantes de un solo día, tanto a los que llegan en excursiones marítimas desde Ibiza como a los que vienen con su coche o moto desde Ibiza o desde la Península y retornan esa misma jornada.

El Consell propone arreglar el entuerto, como se arregla todo en Formentera: subiendo el precio. Se ha planteado que se pueda duplicar o triplicar la tasa de entrada, con un mínimo de hasta 15 euros, para penalizar a los que se les ocurra venir para solo un día. La experiencia nos ha enseñado que subir el precio no limita nada. En Formentera todo es muy caro, pero al que tiene pasta y le apetece venir no le importa pagar lo que sea por un paraíso exclusivo.

Sorprende esta propuesta viniendo de un gobierno progresista, que discrimina claramente a aquellos que no pueden permitirse una semana en hotel en la isla deseada. ¿No sería más valiente bajar el techo de vehículos? Opine usted.