Apartamentos Don Pepe. | Toni Planells

La semana pasada aludía en estas mismas líneas al problema de la vivienda en Ibiza y al hecho de que determinadas administraciones hubieran provocado a un buen número de familias de Sant Josep, las de los apartamentos Don Pepe, un problema habitacional que nunca habían tenido. Estas mismas administraciones sorprendieron ayer a propios y extraños con una propuesta realmente interesante para poder paliar este problema que habían provocado. Pero claro, como todo en esta vida la propuesta tiene su lado oscuro. Un lado oscuro que pasa por el hecho de que es una propuesta definitiva, esto es, que si no se acepta no va a haber otra y corresponderá a los tribunales tomar una decisión sobre si se puede o no reparar los apartamentos Don Pepe. La otra pega es que, con que sólo uno de los propietarios no la acepte, no se podrá llevar a cabo porque implica la demolición de los dos edificios. Los peores malpensados, que los hay por todas partes, podrían especular con que asegurarse que un vecino diga que no a la propuesta saldría más barato que construir 100 viviendas y justificaría que, desde la administración, se hizo todo lo posible. También se especula con que esta propuesta se ha hecho a menos de año y medio de las elecciones, cuando el problema lleva más de dos años llenando titulares...

Pero mientras que unos problemas de vivienda parece que empiezan a solucionarse, los que tienen los funcionarios que vienen a trabajar a Ibiza siguen enquistados. Si esta semana los policías nacionales decían que la mejor política de vivienda es un plus de insularidad acorde a los precios de la isla, ayer se les sumaron la enfermeras de las Pitiusas, que señalaron esta indemnización por residencia como clave para fidelizar plantillas. Algo que no comparten desde las administraciones sanitarias, «que no estamos trabajando en eso...»