Gurúes de la educación. | Pixabay

El ser humano tiene un «gen cultural» que le empuja a opinar sobre todo tipo de temas aunque a veces no domine el contenido. En cuanto a educación, por ejemplo, cada vez aparecen más y más personas que opinan sobre ella. Son los nuevos gurúes de educación de manual y se basan en sus ideales y en sus libros de texto. Sin embargo, se dejan muchos cabos sueltos en las explicaciones que dan. La mayoría ni ha estudiado pedagogía ni ha pisado un aula en su vida, aun así, aparecen en entrevistas y conferencias explicando la panacea de todos los problemas que existen en el día a día en los colegios. Otros, solo porque han leído cuatro libros sobre enseñanza o porque han investigado en la universidad de Massachusetts te dicen con detalle cómo debes dar las clases o cómo tienes que educar a tu hijo...

Que no, que los niños no son ratas de laboratorio. Que cada muchacho es de su padre y de su madre, y cada uno en casa tiene una situación diferente. Y además, cuando se juntan, cada grupo es distinto y tiene sus peculiaridades. No se puede encasillar y cortar a todos con la misma tijera.

Esta cultura del sabelotodismo nos lleva a una sobrecarga de información bestial. Y son las familias las que lo sufren porque no saben a quién escuchar, hay tantas teorías que es difícil elegir una. Así que cogen cuatro tips del instagramer de moda, algunas ideas del youtuber que más seguidores tiene y tres opiniones de la conferencia que acaban de publicar, lo ponen en la batidora y crean su propia educación.

De igual forma que cuando estás enfermo vas al médico y no le dices cómo debe operar a corazón abierto, cuando tengas una duda o problema deberías ir al orientador sin decirle cómo tiene que hacer su trabajo.