Dalt Vila | Daniel Espinosa

El acceso a la vivienda en Ibiza, ya sea en propiedad o en alquiler, va camino de ser el asunto mollar de la próxima campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el 28 de mayo de 2023. De hecho, ya estamos viendo cómo los partidos de la oposición en el Consell d’Eivissa, PSOE y Unidas Podemos –que lo fueron de gobierno entre 2015 y 2019–, lanzan duros reproches al actual equipo de gobierno de PP y Ciudadanos, liderado por el popular Vicent Marí, sabedores de que este problema es el más agudo de cuantos aquejan a la sociedad ibicenca y, por tanto, dispuestos a sacar tajada política de la gravedad de la situación

Hay que admitir que al PP este asunto no le preocupa en exceso. De hecho, ninguno de los ayuntamientos donde gobiernan, Santa Eulària, Sant Antoni y Sant Joan, han sido capaces de ceder suelo urbano al IBAVI para que el Govern construya vivienda pública. Sólo este dato da cuenta de la desidia de los populares en esta materia, porque Vila y Sant Josep, gobernados por la izquierda, sí han cedido suelo donde edificar VPO. Aunque hay que reconocer que Sant Joan no dispone de suelo urbano, por lo que difícilmente puede ceder nada; y el Consell d’Eivissa, también en manos de PP y Cs, ha cedido un solar de 1.119 metros cuadrados en la calle s’Hort de sa fruita, 9, de Talamanca (Eivissa).

Los socialistas usan este argumento para criticar al PP y no les falta razón, ya que donde ellos gobiernan, sí han cedido suelo para construir VPO. Y poco más. Teniendo en cuenta la lentitud con que se construye y aún más ahora, con la crisis de los materiales y el encarecimiento de los costes, la cosa no parece que vaya a mejorar y la entrega de llaves de las 19 viviendas de la calle Xarc, 15, son una anécdota si se mira la dimensión del problema.

Por su parte, Podemos recurre a la demagogia, el postureo y el populismo, rasgos característicos de su política. Pretenden presentarse ante la sociedad ibicenca como los más combativos para solucionar el problema de la escasez de vivienda, pero lo cierto es que no hacen apenas nada. La última comedia ha sido presentar al concejal de Vivienda de Vila, Aitor Morrás, como un héroe que ha detectado en su municipio 157 viviendas vacías y 129 dedicadas ilegalmente al alquiler turístico. Teniendo en cuenta que lleva en el cargo más de tres años, la tarea le cunde poco. Y en todo caso, el alcalde Rafa Ruiz debería explicar por qué el censo de viviendas vacías no se hizo antes, ya que el primer edil socialista lleva desde 2015 en el puesto.

Pero la impostura y la falsedad de Podemos Eivissa llega al extremo cuando se propone a nivel balear que se impida la compraventa de viviendas «a quienes no tienen arraigo». Concretamente pretenden que se prohíba comprar a quien no lleve dos años residiendo en Balears, algo que es flagrantemente ilegal por anticonstitucional y por ir contra la legislación comunitaria. Pero a los morados les da igual, porque se trata de soltar la ocurrencia, por imposible que resulte de llevar a cabo, para así acusar a socialistas y populares de no querer solucionar el problema. Vamos, un auténtico fraude, su forma favorita de hacer política. Engañar cuanto más, mejor.

Así las cosas, el panorama es desolador. Ibiza seguirá con una tremenda falta de vivienda pública y con los precios del mercado del alquiler absolutamente fuera de control debido a la escasez de vivienda disponible y a que la especulación se ha adueñado del sector. No hay remedio en el corto y medio plazo. Y ello hará que continúe habiendo problemas de mano de obra y de falta de profesionales del sector público que quieran venir a trabajar aquí.

Estamos ante un fracaso colectivo brutal. Y sin visos de solución. Pero conforme se acerque la campaña electoral, todos dirán que la culpa es del rival político. Con más jeta que espalda. ¿Se apuestan algo?