Edificio 'okupa' incendiado en es Viver. | Daniel Espinosa

Aquel mediodía del 13 de mayo de 2019, el corazón se nos encogió al saber que el edificio a medio construir de es Viver era pasto de las llamas. Allí malvivían decenas de personas que habían okupado aquella estructura a medio hacer para procurarse un techo. Por indigno que fuera habitar aquella obra, sin luz, sin agua, era mejor que estar en la calle. Luego supimos que algunos de los que allí moraban, tan precariamente, incluso tenían trabajo, pero no les llegaba para alquilar un piso en Ibiza. Era el caso de la mujer de 46 años que falleció en el incendio. Se detuvo a la pareja de la fallecida al sospechar que era víctima de malos tratos y que, supuestamente, no era libre de salir del edificio. No sabemos nada más de aquello, pero ya se sabía que aquel inmueble era la casa de los horrores y que cualquier día podía pasar una desgracia. Y sucedió.

Ahora que la Audiencia de Palma ha juzgado a los presuntos autores de prender fuego al edificio fantasma y estamos a la espera de conocer el veredicto del juzgado, es preciso resaltar algo que nadie parece recordar. Dado que era imposible sacar por tierra a dos personas que se habían refugiado de las llamas en la azotea, se avisó al helicóptero del Ibanat con base en sa Coma. No se trata de un helicóptero de rescate, sino contraincendios. Las dificultades eran evidentes y el riesgo, enorme. Pero al piloto no le importó porque sabía que él era la última esperanza para sacar con vida a dos personas que hubiesen fallecido asfixiadas por el humo de no ser por su pericia. Él es el héroe de es Viver. Y para mí es incomprensible que no sepamos ni su nombre, ni haya sido condecorado con los mayores reconocimientos posibles por su heroica acción que salvó dos vidas.