Aitor Morrás. | Daniel Espinosa

La política ibicenca está de luto tras el tristísimo anuncio hecho por Aitor Morrás, teniente de alcalde de Vila por el PSOE, quiero decir por Unidas Podemos, de no presentarse a las primarias de Podemos para ser candidato del Ajuntament d’Eivissa. No sé qué va a ser de los ciudadanos de Vila sin tan eficaz político, que ha logrado ser menos conocido que cuando fue diputado autonómico, lo que demuestra la falsedad del axioma que los ayuntamientos son la administración más cercana a los ciudadanos.

Siempre que quien te representa no sea un inepto como Morrás. Sus propios compañeros le han mostrado la puerta de salida por su potencial nula aportación electoral. En más de tres años que lleva de concejal de Vila, sólo ha trabajado para Rafa Ruiz y para el PSOE ibicenco. Lo demuestra su permanente preocupacion por defender las decisiones de los socialistas ibicencos antes que ellos mismos, lo cual demuestra lo equivocado de su enfoque, casi transfuguista camuflado. Pero lo hemos visto todos. La última que protagonizó Morrás fue la defensa a ultranza del nombramiento de un cargo de confianza del PSOE de Vila como Vicent Torres ‘Benet’, la enésima torpeza del concejal podemita del que reniega su propia formación porque no hay quien le identifique como destacado militante de la formación morada, sino como un desacomplejado prosocialista. Es por esto y no por otra cosa que Morrás ha sido repudiado. Argumenta su decisión de no presentarse a las primarias para «no contribuir a la escenificación de una izquierda dividida». Considera que presentarse es alimentar un conflicto interno. No ha entendido nada de la esencia de Podemos. Irse es lo mejor que ha hecho en cuatro años.