Aitor Morrás. | Daniel Espinosa

El 2º teniente de alcalde y regidor de Movilidad, Vivienda y Promoción Económica del Ajuntament d’Eivissa, Aitor Morrás (Unidas Podemos), ha sido nombrado director general de Innovación, órgano integrado en la Conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern balear, en sustitución de Eduardo Zúñiga. Según parece, Morrás compaginará su nuevo cargo en el Ejecutivo autonómico con el que ha venido desempeñando en Vila desde su nombramiento en 2019, lo cual se antoja absolutamente imposible.

Por otra parte, el vicepresidente 3º y conseller de Bienestar Social del Consell de Formentera, Rafa Ramírez, en febrero del año que entra debería asumir el cargo de senador por Ibiza y Formentera en sustitución de la también socialista Patricia Abascal. Sin embargo, en este caso Ramírez debería renunciar a su puesto en el Consell, ya que es incompatible con un escaño en la Cámara Alta.

E igualmente el diputado socialista de Formentera integrado en el Grupo Mixto en el Parlament, Antonio J. Sanz, en enero dimitirá para ceder su puesto a la candidata de Esquerra Unida de Eivissa y Formentera, Vanessa Díaz. No tendrá tiempo ni de saber cómo se vota.

Morrás en el Govern balear no hará nada porque en cinco meses no hay tiempo material para hacer nada. En el caso de Ramírez, tampoco podrá hacer mucho más de lo que ha venido haciendo discretamente Patricia Abascal. Y el caso de Vanessa Díaz es, si cabe, aún más ridículo que los otros dos anteriores, por la brevedad del tiempo que será diputada.

Estos cambios políticos no obedecen al interés general, sino a un intercambio de cromos acordado por los partidos y que no beneficia en nada a sus representados. Lógicamente, a ellos sí les beneficia; pero a los ciudadanos, en nada.