Imagen de archivo de 'Agustinet'

Ustedes me perdonarán, pero cada vez que yo leo un comunicado de la Federació Socialista d’Eivissa (FSE-PSOE) u oigo a su amadísimo y carismático líder, a la par que candidato a la presidencia del Consell d’Eivissa, Josep Marí Ribas ‘Agustinet’, hablar de honestidad, no puedo evitar soltar una carcajada. Ante tanta hipocresía, o te lo tomas a risa o desenchufas de la política para siempre. Yo es que con ‘Agustinet’, me parto, lo reconozco. Me recuerda al show de Benny Hill, pero sin risas enlatadas.

El conseller de Movilidad y Vivienda del Govern balear dice mostrarse «muy preocupado» por lo que ellos denominan «caso de fraccionamiento de facturas y clientelismo del Ajuntament de Sant Antoni», que «esta legislatura también hemos visto en otras instituciones gobernadas por el PP, como el Consell Insular o el Ajuntament de Santa Eulària». Se agradece que sea tan sincero al matizar que son casos que han visto en las instituciones donde gobierna el PP, porque si lo mismo o incluso más grave, sucede en las instituciones gobernadas por el PSOE, entonces no le preocupa ni lo más mínimo. La corrupción, el mangoneo, el nepotismo y el clientelismo sólo son preocupantes si los cometen políticos de derechas.

Imagínense. Si en Sant Antoni se han fraccionado facturas para contratar a una empresa de sonido, cosa que está por ver, a ‘Agustinet’ le preocupa muchísimo. Pero si el Ajuntament d’Eivissa contrata a dedo a la empresa de su propia esposa y secretaria de organización de la Agrupación Socialista de Sant Josep, eso no le preocupa en absoluto.

O si el mismo consistorio vilero, gobernado por PSOE y Unidas Podemos, contrata a dedo a una empresa extrañamente domiciliada en un hotel de Sant Antoni, propiedad de un exalto cargo del PSOE; empresa que a su vez, contrata a dedo a la secretaria general de la Juventudes Socialistas de Ibiza, entonces eso no sólo no le preocupa ni lo más mínimo, sino que además presume de que todo el infecto apaño es absolutamente legal; y como represalia antidemocrática, ordena que se vete al grupo periodístico que ha publicado noticias del mangoneo socialista.

Pep Marí ‘Agustinet’ asegura que seguirán trabajando en favor de las necesidades de la ciudadanía. Pero no se alcanza a comprender en qué beneficiaba a la ciudadanía que, en plena pandemia, el Ajuntament d’Eivissa, de la mano del socialista Rafa Ruiz, favoreció la modificación en tiempo récord del deslinde de Demarcación de Costas para aumentar la edificabilidad de una mansión en Talamanca. Y todo gracias a que su representante legal es el marido de la diputada socialista Pilar Costa.
Y es que, para hablar de honestidad, ‘Agustinet’ y el PSOE ibicenco deberían tener su armario absolutamente impoluto. Y sin embargo lo tienen rebosante de cieno. Y apestoso.

«Escándalo» en Sant Antoni
Los socialistas de Sant Antoni, junto a Unidas Podemos, se muestran escandalizados porque el Ayuntamiento que preside Marcos Serra (PP) haya contratado a dedo a una empresa para organizar eventos, sin solicitar presupuesto a otras empresas ni licitar el servicio. El portavoz de PSOE-Reinicia, Antonio Lorenzo, lo calificó exageradamente de «escándalo sin precedentes». Precedentes escandalosos hay en Sant Antoni unos cuantos que gustosamente le puedo yo citar, aunque él sólo se escandalice de lo que hace el PP y no de lo que hace su partido. Pero lo más escandaloso de todo, es que el portavoz del principal partido de la oposición y candidato a alcalde sea un político que conduce borracho. Eso sí que es un escándalo sin precedentes.

¿Malversación?
La portavoz de Unidas Podemos, Angie Roselló, ante la ausencia del portavoz Fernando Gómez, que participó en el pleno por videoconferencia haciendo aspavientos como quien está en la barra de un bar denunciando que el árbitro no haya pitado un penalti, se atrevió a calificar el asunto penalmente: malversación de caudales públicos. Nada menos. Lástima que no haya precisado si se trata de una malversación de las antiguas o de las creadas a propósito, con el voto entusiasta de su partido, para amnistiar a los líderes del Procès. No habiendo lucro, porque el servicio se prestó, no hay delito. ¿No es así?

El concejal de fiestas, Miguel Tur, admitió que el procedimiento de contratación que se ha seguido en esta legislatura «no fue el correcto», y se excusó en que «se hicieron las cosas igual que mis antecesores», lo cual es un pretexto bastante endeble cuando estamos hablando de dinero público. Si durante el mandato del alcalde Pep Tur ‘Cires’, con el PSOE, Reinicia y el PI, las cosas se hacían mal, su obligación era empezar a hacerlas bien, no seguir haciéndolas irregularmente.
Como pueden ver, estamos nuevamente ante un caso de doble vara de medir, tan propio de la izquierda, por cuanto si lo hacen ellos está bien, pero si lo hace la derecha, es un «escándalo sin precedentes».

Mal está contratar a dedo (aunque por lo menos el servicio lo haya cobrado una empresa de Sant Antoni, con trabajadores de aquí y no de fuera, aunque eso a PSOE y Podemos les patina completamente), pero muchísimo peor es contratar verbalmente como hicieron ellos en el Consell d’Eivissa con Amadiba, a quien aún se le adeuda una millonada que no se puede pagar porque no existe ningún procedimiento legal de contratación. Y aún hay que oír a Lorenzo y a Gómez dar lecciones. Casi son tan graciosos como ‘Agustinet’, pero deben esforzarse más.