¿Cuándo será el día que al ir andando por una acera de la ciudad no vayamos pendientes de que una bicicleta o un patinete nos atropelle? ¿Cuándo no ir pendientes de tropezar con una baldosa suelta, una tapa oxidada o un hierro hincado en el linde de una obra al final de la calle Román Ferrer como se muestra en la fotografía? ¿Quién vigila que se cumplan las normas para evitar lesiones como la de la fotografía?