Tras la procesión se celebró un ball pagès, el baile tradicional de la isla.

La iglesia de la Sagrada Familia en el barrio de Can Bonet, a las afueras de Sant Antoni, ha vivido esta tarde la celebración de su día grande coincidiendo por primera vez con la fecha que le corresponde en el calendario litúrgico, siempre entre la Natividad del Señor el 25 de diciembre y la de María, Madre de Dios, el 1 de enero.

Algo que ha provocado alguna broma del obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, quien al comienzo de su homilía aseguró que «tenemos a la Sagrada Familia de Ibiza un poco confundida con la fecha» y prometió sentarse con los obreros de la parroquia, el cura Virgilio Bago y las autoridades de Sant Antoni para buscar una fecha definitiva que no provoque tantos cambios y descoloque tanto a los fieles.

Después, Ribas ha puesto al trío de San José, la Virgen María y el niño Jesús como ejemplo «para todos nosotros» y ha pedido que los congregados en este templo inaugurado hace cinco años que se sintieran orgullosos de sus familias «porque siempre están ahí cuando realmente se las necesita sin importar si las cosas vienen mal dadas» y que nunca abandonen a sus ancianos y les sean agradecidos «porque son ellos quienes nos transmiten sus tradiciones y nuestros valores».

Procesión y ball pagès

Tras la misa, que ha sido seguida por muchos ciudadanos filipinos, ha tenido lugar la procesión por las calles adyacentes a la iglesia. En torno a las 18.15 horas han desfilado casi en penumbra seis imágenes, entre las que llamaron la atención una virgen donada por la comunidad filipina en el año 2011 y que fue portada precisamente por cuatro de sus ciudadanos, y la imagen titular de la iglesia, con José, María y el niño, dando paso a una amplia comitiva de autoridades encabezada por el presidente del Consell d’Eivissa Vicent Marí y el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra.

Finalmente, el broche lo ha puesto la demostración de ball pagès del Grup Folklòric Brisa de Portmany que en este 2022 está cumpliendo 32 años desde que se presentará por primera vez al público en enero de 1990. En total han participado una veintena de sus miembros, de distintas edades, que hicieron las delicias del público congregado junto a la pequeña carpa situada en el club social mientras se empezaban a degustar los bunyols y el vi de la terra.