El Punt Jove de Sant Rafel abre los viernes por la tarde y los sábados por la mañana. | Toni Planells

Con la iniciativa de la Apima del CEIP Sant Rafel, hace un año que se abrieron las puertas del Punt Jove de Sant Rafel, gracias al apoyo de la asociación de vecinos del pueblo y con la colaboración del Ajuntament de Sant Antoni. Así, durante este año, los viernes y los sábados, Can Portmany se ha convertido en el punto de encuentro de los más pequeños del pueblo, alcanzando en poco tiempo una gran popularidad con las distintas actividades que se organizan desde allí.

«Hacemos todo tipo de actividades, juegos y talleres», según explican desde la Apima del CEIP Sant Rafel.

Neus es la madre de Julen, uno de los pequeños usuarios de este punt jove y no oculta su satisfacción con la iniciativa: «Estamos súper contentos. Además de que los niños de distintas edades se conocen y juegan juntos, también tenemos la oportunidad de conocer a otras familias e interactuar con ellas. Todo esto forma lo que es la vida de pueblo». «Es un pueblo pequeño y apenas hay oferta para el ocio de los más pequeños. Muchos bares y pocos lugares para los niños», remarca Ángela, también madre de uno de los pequeños usuarios y secretaría de la apila del CEIP Sant Rafel.

«Hacemos excursiones al centro social o al parque de los pinos, talleres de lectura y escritura para los mayores, sobre las vocales para los más pequeños. Se lo pasan genial», explica Inés, la monitora que se encarga de atender a los pequeños usuarios, que apunta que el centro abre los viernes por la tarde, de 16.00 a 20.00 horas «para los más mayores, a partir de los seis años. Los sábados abrimos para todas las edades, a partir de los tres años, por las mañanas de 10.00 horas a 13.00 horas y, por la tarde, de 16.00 horas a 20.00 horas».

En este sentido, sin dejar de agradecer y celebrar la existencia de este centro, tal como explica la secretaria de la APIMA, «nos gustaría ir creciendo en cuanto a los días de apertura. Nos gustaría abrir cuatro días a la semana». Entre las propuestas para continuar desarrollando el centro, Ángela enumera distintos puntos que poner en la mesa: «Dinamización, agenda y programación coordinada con el Ayuntamiento. Ofrecer una oferta municipal más allá de la que podemos ofrecer de la Apima. En definitiva, una fórmula parecida a la que se aplica a otros puntos parecidos, como el Punt Jove de Sant Antoni o el C19 de Vila».

De esta manera, las madres esperan que, «con el tiempo, se convierta en un espacio de recreo, no solo para los pequeños del colegio sino un centro de recreo para los jóvenes del pueblo. Que no tengan porqué marcharse de Sant Rafel para tener un lugar en el que reunirse y pasarlo bien».

Este viernes por la tarde, los pequeños usuarios estrenaban un nuevo elemento en el espacio de Can Portmany: un futbolín, al que Marc, Yggrasill, Jordi y Julen, junto a Vida y Martina supieron dar la bienvenida con una tarde de juegos.

A Vida y Martina, lo que más les gusta es dibujar, de manera que pasaban la tarde entre lápices de colores. «Lo que más me gusta es pintar, lo segundo es el futbolín. La búsqueda del tesoro no me gusta tanto, cuando lo encontramos, ¡eso no era un tesoro ni era nada!», declaraba Martina, mientras vida soltaba sus colores y apuntaba que «lo más divertido es buscarlo, ¡qué más da cómo sea el tesoro!». A Ygrassill y a Marc también les gusta dibujar, pero ayer preferían darle la bienvenida al futbolín. Ambos llevan viniendo desde el día de la apertura del Punt Jove, «aparte de pintar, me gusta el futbolín y cuando vamos de excursión al parque», declaraba Marc, de 10 años, mientras su compañero, de seis, explicaba que «a mí, también me gusta pintar, ir de excursión y ver películas». Cinefilia que también compartían sus compañeros de juego, Jordi y Julen, ambos de seis años: «¡Mirar pelis y jugar a futbolín es lo más way!», exclamaban antes de recuperar la pelota y seguir jugando.