Un momento de la inauguración de este jueves. | Daniel Espinosa

El artista Pedro María Asensio ha presentado la tarde de este miércoles su exposición ‘Hipogeu 4004’ «un diálogo entre mis obras y las obras del Museo Arqueológico», tal como define el mismo artista, en el Museo Monográfico de Puig des Molins. Una exposición enmarcada dentro del Día Internacional de los Museos y que podrá disfrutarse hasta finales del próximo mes de septiembre.

En ‘Hipodgeo 4004’ Asensio sale de su línea «más geométrica» para retomar su obra conceptual «más íntima y personal, que tiene que ver con la trascendencia del ser humano», que ya mostrara en su exposición de la sala del Consell en Vara de Rey, ‘El silencio de las horas’ en 2011 o, la que recientemente presentó en Cuenca, ‘La anatomía de las sombras’, en la Fundación Antonio Pérez. Así, ‘Hipogeo 4004’ supone «la tercera fase» de la línea que el artista mostrara por primera vez hace doce años.

De esta manera, la nueva muestra de Asensio en plena Necrópolis de Puig d’es Molins está formada, tal como describe él mismo, por «piezas del museo que dialogan con piezas mías en las vitrinas de las salas. En el exterior he hecho una instalación muy misteriosa con formas que configuran un espacio de respeto entorno a las formas que usan los ceramistas para hacer objetos de tipo religioso o profano». Asensio también ha intervenido tres hipogeos de la Necrópolis con su obra ‘Lo que queda del Alma’ donde ha querido «desarrollar la idea del alma, una idea que he venido desarrollando desde siempre»

Entre los distintos lenguajes que usa Asensio en su particular universo no falta el videoarte con una proyección constante sobre una cortina-mosaico como bienvenida a la exposición. Tampoco falta una colección de sus ‘retratos’, basados en la anatomía humana y canina, ni sus delicados libros y minuciosos objetos, «la mayoría de ellos inéditos, aunque hemos rescatado alguna pieza de las otras dos exposiciones (‘el silencio de las horas’ y ‘La anatomía de la sombra’)».

Entre los agradecimientos que no quiere dejar de subrayar el artista, destaca el de Cristina Sánchez, «que fue quien me propuso que presentáramos el proyecto», así como de todo el equipo de gente, desde María Bofill, conservadora del MAEF, al director del Museo Arqueológico, Benjamín Costa que «se han volcado en esta exposición». Una exposición que han tardado más de una semana en montar en «un proceso muy minucioso y complejo en el que hemos tenido que dialogar y compartir mucho con todo el equipo» y que, tal como adelanta el artista, «probablemente podamos llevar a otros museos en el futuro».