Billy Flamingos, en una imagen promocional.

Guillermo Podevín es un cantante y guitarrista que, junto al bajista Adrián Pereira Ferrer y al batería Álex Costa Marí, forma el grupo de rock Billy Flamingos, bautizado en Ibiza el año 2017. Acompañados actualmente por David Cruz, guitarrista solista, los tres músicos han conseguido ganar el Concurso de Bandas del Coolturalfest donde tocarán el 17 de agosto, compartiendo cartel con gigantes del panorama español como Vetusta Morla, Amaia o Fangoria. Su reciente éxito les ha motivado a realizar una gira por España a finales de año y su inercia no parece terminar.

«Nosotros no éramos muy fan de los concursos musicales porque sabemos que siempre hay que hacer mucha campaña y spam para que la gente se anime a votarte», comienza explicando Guille. Sus compañeros de redes fueron los que insistieron en que la banda participase en estos certámenes con la finalidad de darse a conocer y descubrir escenarios en los que todavía no habían estado. «Estamos muy contentos. Todo esto nos da bastante visibilidad y sobre todo caché. Cuando ves que se han presentado más de 200 grupos nacionales en la mayoría de los concursos y ves que llegas a finalista es muy fuerte», confiesa el vocalista y guitarrista de Billy Flamingos.

«Nos metimos en el MadCool o en el festival de Benicàssim pues diciendo un poco, ‘¿por qué no?’ Y al final nos envían un correo diciéndonos que somos ganadores del Coolturalfest», se ríe Guille, recordando su sorpresa. Gran parte de la emoción que vive la banda se debe a que en estos certámenes votaba un jurado profesional y no dependían de los votos de sus familiares y amigos, si bien el festival de Almería tenía sistema de elección mixto: «Había como 20 grupos y nosotros no estábamos en el top cinco de más votados por el público. Sin embargo, el jurado nos votó». «Esto mola porque ya no es habértelo currado tú con spam para que la gente te vote, es que esto ya es gente de la música a la que le parece un buen proyecto», expresa el cantante, muy contento.

Su éxito con los jurados profesionales les ha reafirmado como banda. «Tenemos una media de edad de 34 años», explica Guille, «y casi 16 años tocando, sobre todo con Adri (el bajista) con quien he compartido tres proyectos. A veces haces all in, aquí en Ibiza tocando en festes de pobles, pero jolín, dar el salto a la Península es una de las cosas que te anima a seguir adelante». Al comprobar que Billy Flamingos funcionaba y que sus aventuras en concursos iban tan bien, el grupo decidió lanzar una gira nacional: «Nosotros estábamos un poco desesperados porque al final hay mucho lío con agencias y promotoras, y con esto hay que tener cuidado en la letra pequeña. Se llevan porcentajes muy altos».
Guille comenta, además, que ser de una isla implica unos gastos extra en los viajes: «Por ejemplo, en un avión te dejan viajar con guitarra pero no con la batería, los amplificadores… y ello te obliga a coger la furgoneta, un barco a la península…». «Es un poco un salto a la piscina y buscamos patrocinadores, nos pusimos en contacto con grupos para ser sus teloneros, es hablar con las salas y demás», cuenta el vocalista. En este aspecto, Billy Flamingos ha aprovechado sus aventuras a la península con dos conciertos cada fin de semana, en dos ciudades diferentes, para economizar sus salidas y abarcar un total de diez localidades como pueden ser Zaragoza o Valencia.

«Está claro que en un proyecto debe de haber sacrificio, trabajo, perseverancia y, en este caso, suerte», afirma Guille. Esos cuatro pilares, explica, son difíciles de mantener al máximo: «Cuando tienes suerte no hay sacrificio, cuando hay sacrificio no hay perseverancia, o así». El cantante y guitarrista cree que la mayor parte del éxito de Billy Flamingos se debe al total compromiso de sus miembros. Dos de los componentes de la banda pertenecían a Morning Drivers, otro grupo ibicenco que ha crecido mucho en los últimos años: «No podíamos estar al 50%. Lo hablamos pacíficamente y quedó todo bien, comprensible. Creo que este cambio de componentes, el nuevo disco y el poco de suerte con los concursos ha animado nuestro proyecto».

«Porque al final un proyecto es como una novia. A veces tienes altibajos, quieres dejarlo, y es un sacrificio tener que ensayar, que componer, que estar de viaje y perder dinero», opina Guille. Sin embargo, se muestra muy optimista con la banda: «En ocasiones te preguntas si de verdad vale la pena todo esto, pero es una ilusión que tenemos desde jóvenes y estas buenas noticias te dan gasolina para seguir». Su notoriedad reciente, añade, es gracias también a rodearse de personas que los animan y ayudan, que les llevan las redes y les han apoyado en la gira y los concursos. «Nosotros hacemos música, pero para que la música se escuche y se expanda tienes que acompañarte de gente que te eche una mano», agradece.

«El éxito consiste un poco en todo esto que estoy contando. La gente piensa que cobramos por hora y media de concierto cuando en realidad hay muchas horas de ensayos, estudio y composición detrás», resume el músico ibicenco. Los integrantes de Billy Flamingos está ansiosos por lo que se les viene encima, con afán de «ir renovándose» y sacar nuevos temas con la finalidad de que la gira también sirva de presentación de sus próximos trabajos. «Creemos que vamos a tener una consecuencia buena de nuestras aventuras. Ver que tenemos gira y que hemos ganado varios concursos de festivales llama la atención. Nosotros hemos visto que han subido nuestros oyentes en Spotify desde nuestro anuncio en el Coolturalfest», expresa Guille. «Es un camino largo y difícil que servirá para profesionalizarnos», afirma.

El último disco, Oscuro baile de salón, se presentó el pasado marzo, si bien sus canciones se escribieron durante la pandemia. El grupo se muestra animado a sacar nuevas canciones que pretenden presentar a modo de sencillos en sus conciertos de la gira de finales de año. Este sábado 1 de julio actúan en el festival Sonas Pop de Castro del Río, el 17 de agosto tocarán en la gala de inauguración del Coolturalfest y en septiembre estarán en el Cran Illa Festival de Menorca. «Cuando ves que tu música está dando resultado es emocionante y no te lo crees», concluye un Guille que estará muy ocupado los próximos meses.