Cecilia Orueta, minutos antes de impartir su charla ayer en el MACE. | Arguiñe Escandón

La madrileña Cecilia Orueta, fotógrafa y restauradora de pintura enamorada de la isla, ha presentado este martes en el Museu d’Art Contemporari d’Eivissa su cuarto libro fotográfico: Ibiza, la isla perdida de Walter Benjamin. A través de sus hojas, la autora «deja volar la imaginación» de los lectores con imágenes que rehúyen el convertirse en postales del lugar con técnicas de sobreexposición y evitando en gran medida los azules y verdes tan característicos de las Pitiusas.

«Hace un tiempo me regalaron en el MACE el libro Cartas de la época de Ibiza, de Walter Benjamin. Se quedó durante una temporada en la mesita de noche hasta que llegó la pandemia, cuando lo leí y me entusiasmó». Así explica Orueta cómo surgió la idea de hacer este libro fotográfico tras descubrir la etapa del autor alemán en la isla, en los veranos del 32 y del 33. La madrileña, que a lo largo de los años ha establecido un vínculo con Ibiza (llegó incluso a trabajar aquí en la década de los 80), comenzó entonces a imaginarse aquel paisaje que describía Walter Benjamin y ha estado viajando durante la pandemia, momento donde había menos turismo, para fotografiar los «sentimientos» que hoy inundan su libro.

Orueta afirma que tenía la idea muy clara de no hacer postales ibicencas: «No digo que sean mejores o peores. Hay fotógrafos maravillosos que toman estas postales, pero yo quería indicar o sugerir en lugar de decir o explicar». Mediante sus fotografías, la autora trata de «crear una atmósfera» que trasladara a los lectores «de manera subjetiva» a aquellos sentimientos que vivió Walter Benjamin. La madrileña asegura que para conseguir esto se dejó guiar por la cámara: «Quería huir de los cielos tan azules, de los bosques tan verdes… intenté crear aquella atmósfera sobreexponiendo la imagen para conseguir cielos blancos y árboles que destaquen sobre otros».

Un momento de la presentación.
Foto: Arguiñe Escandón.

«Hay una cosa muy importante: intentar fotografiar el silencio», confiesa Orueta, «porque yo creo que esa Ibiza que conoció Walter Benjamin sigue existiendo». Para conseguirlo, la fotógrafa trabajó durante los meses más tranquilos, a horas donde la gente estaba ocupada y podía encontrarse el «sustrato del pasado que sigue estando ahí». En este modo, sus imágenes buscan una narración «que siempre parte de la imaginación» para relatar ese silencio del que habla. «No hay retoques, no hay puestas en escena. Yo aprovecho lo que me ofrece la realidad para construir esas fotografías», incide.

El libro, editado por el fotógrafo y periodista Chema Conesa y publicado por la editorial Eolas, tiene un pequeño formato en el que se intercalan tres tipos de folios, desde uno más duro hasta el papel cebolla. Además, si bien las imágenes dominan la lectura, también hacen acto de presencia algunas cartas de Walter Benjamin de su época en Ibiza, incluyendo el texto Al sol, que cierra el libro. «Hay una hermosa relación entre la palabra y la fotografía: todo texto escrito genera una imagen y toda imagen puede generar una palabra», afirma la autora. Además, Orueta añade que «cada uno ve la fotografía de una manera, es un mensaje que no está codificado» y que, si bien cree que se ha conseguido captar aquella Ibiza de los años 30, la lectura es un acto subjetivo.

El libro contiene sus textos tanto en castellano como en catalán gracias al apoyo que el Ayuntamiento de Vila ha dado a la obra, especialmente el antiguo concejal de Cultura, Pep Tur. La presentación ha corrido a cargo de la propia Cecilia Orueta, que ha estado acompañada por la directora del MACE, Elena Ruiz (que fue la persona que le regaló aquel libro de Walter Benjamin hace años), por su pareja, el escritor Julio Llamazares, y por el editor, Héctor Escobar. En la publicación ayudó, asimismo, el autor ibicenco Vicente Valero, que seleccionó las cartas del filósofo alemán y se encargó de la introducción, entre otras tareas. «La fotografía se vende con dificultad en España. Que la editorial haya ayudado tanto y el Ayuntamiento haya apostado por el proyecto, argumentando que es una Ibiza que nadie ha mostrado… Vamos a ver qué pasa», se ríe Orueta, muy agradecida por toda la ayuda recibida.