Neus Planells y María Torres estuvieron elaborando la ‘salsa de Nadal’ durante toda la tarde de ayer. | Moisés Copa

Un año más, Neus Planells y María Torres preparan la salsa de Nadal del Hogar Ibiza. Una receta que podrán degustar los casi 200 comensales, que como cada diciembre participarán en la tradicional comida y brindis navideño del Hogar Ibiza.

«Aquí impusimos desde el principio todo lo que son comidas y costumbres ibicencas», cuenta Neus, la vicepresidenta del Hogar Ibiza, quien aseguró que allí preparan el flaó por Pascuas, los buñuelos en las matanzas y esta salsa en la Navidad. Por eso en estas fechas las tradicionales cocineras nos dieron su tradicional receta familiar que tiene un truco que hace que le guste a todo el mundo. «En mi casa no se ha modificado desde que la hacía mi padre; te hablo de 77 años que tengo yo que me acuerdo», cuenta María Torres, que pertenece a la junta de vocales del Hogar Ibiza.

Vegetariana

«La nuestra es vegetariana», asegura Neus. Pues aunque pueda sorprender a los costumbristas, ellas sustituyen el caldo de gallina por uno elaborado a base de especias. Para hacer el caldo ponen el agua a hervir, sal, que no sea ni salado ni soso, luego le ponen canela, una tacita de aceite de oliva, una de café y media de manteca de cerdo para que se forme una telita de grasa y así conserve bien.
Ellas elaboraron 16 kilos de caldo, que sumado a todos los demás ingredientes darán como resultado unos 20 litros. Para cada kilo de almendras pondrán ocho huevos, ocho litros de caldo y un kilo de azúcar. Las especias que estas expertas le agregan son canela, azafrán en hebra, clavo y nuez moscada.

Esta innovación dicen que es porque a la gente «ya no nos gusta la grasa como antes», pues cuando ellas eran pequeñas cuenta que se comían unos pedazos de tocino a los que ya nos hemos desacostumbrado. Neus explica que en el pasado el caldo para esta salsa era como el del puchero, con mucha carne, ya que también se reutilizaba para el sofrito payés que se servía en la mesa como plato principal.

Lo primero de todo es elaborar el caldo. Entonces hay que poner a entibiar el caldo, pero que no quede muy caliente «tienes que poner la mano y que esté fría perdida», pero no está frío del todo, porque sino es muy difícil mezclarlo. Entonces se amasa y se deja «fina fina» porque para ellas es buena sin grumitos. Una vez que empieza a hervir se le echa el azúcar y un poco de cada especias, estas a través de un colador para que tampoco deje grumos.

Una vez que lo tienen todo mezclado se deja en una olla a fuego lento y cuando empieza a hervir se empieza a revolver con un cucharón de madera, en este caso, hasta que gana la consistencia adecuada, que supone una hora «como mínimo». Una vez que se termine de remover se deja reposar y ya se puede servir en su tradicional escudella.

Este es un postre que para ellas se come antes del café y caliente. Sin embargo, hay gente que le gusta frío. Asimismo, en su variabilidad hay otras preferencias, pues hay quien desea comer la salsa mojando bescuit o pan y quien prefiere comerla con cuchara. Eso sí, ellas confiesan que el brioche no lo elaboran porque lleva mucho trabajo y las pastelerías ibicencas ya lo hacen muy bien.