Una imagen de la cabalgata de Reyes de Puig d'en Valls. | Irene Arango

Como ya marca la tradición, los vecinos de Puig d’en Valls y de Nuestra Señora de Jesús se reunieron para participar en la cabalgata de los Reyes Magos en la mañana de este 6 de enero tras abrir sus regalos. El primer pasacalles comenzó poco antes de las 11.00 horas de la mañana en Puig d’en Valls.

Este año las enormes carrozas con los tres Reyes Magos de Oriente y sus pajes partieron desde el camino de Puig d’en Valls e hicieron todo el recorrido por el interior del pueblo hasta llegar a la plaza detrás de la iglesia. Al comienzo de la comitiva real fue la comparsa Ariyé, compuesta por siete mujeres con atuendos blancos a modo de ángel con pintorescos motivos tribales, que dirigidas por una de ellas amenizaron el camino con el ritmo de sus bombos y tambores. Las alumnas del Club de Gimnasia Rítmica de Puig d’en Valls mostraron sus destrezas vestidas también de ángeles, con capas doradas. Como escoltas de Melchor, Gaspar y Baltasar pequeños pajes lanzaban grandes cantidades de caramelos que fueron recibidos y acumulados por niños, padres y hasta los abuelos que se sumaron con ímpetu a la adrenalina. Iago, un pequeño de cuatro años, no daba abasto con sus pequeñas manos ya que iba a acumulando en su camiseta y en los bolsillos de su padre en los cuales ya no entraba ni uno más. Los que tenían más edad y experiencia, como Clara o Matías, llevaron sus bolsas vacías de casa y no pararon hasta llenarlas. Pero no solo podían desfilar aquellos que ya habían comenzado, pues en última instancia un animado tren recogía a todo el que quisiera continuar el viaje sentado y desde dentro.

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Parecida la cabalgata de Jesús ya que el elenco se mudó hasta allí, aunque muchas más familias salieron a recibir a los tres más esperados. En este caso, el pistoletazo de salida se dio a las 13.00 horas y partieron del campo de fútbol, para recorrer la Avenida des Cap Martinet hasta llegar a la plaza de la Iglesia. A medida que se acercaban a la recta final más cargado de emoción y alegría estaba el ambiente, los caramelos llovían y entraban incluso a los bares de la entrada del pueblo, que también estaban repletos de familias celebrando. Una vez en la plaza comenzó el momento más esperado, pues sus majestades los Reyes Magos cambiaron su carroza por sus tronos en el escenario y allí comenzó el llamado real, niño por niño, para que subieran a recoger sus ansiados regalos.

Para Maya fue una auténtica sorpresa: le regalaron la Nancy de Aitana y no podía creer este majestuoso momento: «Es que no me lo esperaba; yo pensaba que no iba a ver a los Reyes Magos y me trajeron todo lo que yo quería, además me la ha dado Melchor que es mi favorito».

El resultado fue apoteósico e incluso insólito para los tiempos que corren: todos los niños de Jesús enseñando y compartiendo sus regalos en la plaza.