Con la vista puesta en el pasado, el catedrático y exconseller insular de Cultura, Joan Marí Tur Botja, Cru Pro Ecclesia et Pontífice, ha sido el encargado este viernes de pronunciar el III Pregón Diocesano, con el que comienzan oficialmente en Ibiza las celebraciones de la Semana Santa. Un acto presidido por el obispo de la isla, Vicente Ribas, en el que han participado representantes de todas las cofradías y que ha congregado a numerosos fieles en la iglesia de Santa Cruz de Vila.

Botja ha comenzado su discurso señalando que es necesario «conservar aquello que es nuestro desde hace tantos siglos y ser consecuentes con nuestra religión». «No hemos de tener empacho en decir que somos católicos», ha añadido, «y que lo queremos demostrar en nuestra conducta interna y externa». Botja ha recordado que las ceremonias vinculadas a la Semana Santa y las cofradías «son unas expresiones públicas y populares muy significativas de nuestras creencias si las vivimos y sentimos como confirmación de nuestra fe».

En su pregón, Botja ha recordado que hoy en día los católicos «son cada vez menos practicantes» y que la mayoría de los jóvenes se han alejado de la Iglesia. «Si no le ponemos remedio», ha alertado, «nuestro país, antes de muchos años, dejará de ser mayoritariamente católico».
En lo que a la Semana Santa ibicenca se refiere, el catedrático y expolítico ha recordado las costumbres propias de la isla en estas fechas. Costumbres que «tan solo una institución como la Iglesia ha sabido conservar». Y es que, ha añadido, la Semana Santa debe servir para que tanto creyentes como «incrédulos» puedan revivir momentos que forman parte del pasado pero que, a la vez, «son parte de nuestras creencias más íntimas y de nuestra sensibilidad más personal». Botja ha destacado así las distintas procesiones que se celebran en los diferentes municipios de Ibiza y los escenarios por los que discurren.

En otro punto de su pregón, Joan Marí Tur ha querido destacar el significado real de la Semana Santa y se ha preguntado por cómo sería Jesucristo en su juventud y cómo sería la relación de sus padres, María y José. Y ha hecho un inciso en el pregón para poner de relieve la figura del patriarca, lamentando que siempre sea representado como «un hombre viejo» y subrayando su generosidad «al aceptar el papel que le tocó representar».

Botja ha desgranado a través del pregón sus propios recuerdos de la Semana Santa y de sus celebraciones, tanto en Vila como en el campo. Así, ha recordado cómo se celebraba el Domingo de Ramos o las representaciones del Vía Crucis, un camino formado por 14 estaciones, de las que ha destacado las centradas en Cirene y Verónica. Personajes ambos cuya virtud fue la de ayudar al propio Jesús a llevar la cruz. En este punto, Marí Tur ha querido destacar el papel de la Iglesia como institución que trabaja en «hospitales, comedores, escuelas, universidades, leproserías, misiones, manicomios y tantos otros lugares». «Es cierto», ha añadido, «que dentro de la Iglesia se han dado malos ejemplos. Pero una golondrina no hace verano, ni aunque sea una bandada».

Sobre el Jueves Santo, Botja ha recordado que en la Catedral de Ibiza se celebra la misa crismal, en la que antes se utilizaba un aceite elaborado especialmente para ello en Benimussa y mezclado con un perfume que se preparaba en Vila. Además, antes de esta eucaristía, «el obispo lava, seca y besa los pies a 12 personas». Es en esta jornada cuando aparecen elementos netamente ibicencos como «sa brulla», las velas elaboradas en Sant Josep para la Casa Santa, los palitroques y las maçoles. En esa misma jornada, se celebraba también el sermón de las Set Paraules, en el que participaba la Coral Santa Cecilia, ya desaparecida y que fue fundada en 1944 por el religioso Bartomeu Tur Guasch, más conocido como Xomeu del Convent.

Del Viernes Santo, Botja ha destacado en su pregón la procesión que comienza en la Catedral y en la que participan los pasos del Santo Cristo Yacente, la Virgen Dolorosa, el Santo Cristo del Cementerio, el Ecce Homo, Nuestra Señora de la Piedad, el Santo Cristo de la Agonía, Jesús del Gran Poder, Nuestra Señora de la Esperanza y Nuestro Padre Jesús Cautivo. Una procesión que recorre puntos emblemáticos de la ciudad.

Marí Tur ha concluido su pregón recordando «la alegría de la Resurrección» y la escenificación en diferentes puntos de la isla del «reencuentro entre Jesús resucitado y su madre», salpicado de aleluyas que resonarán en todo el mundo, «de tramontana a mitjorn, de llevant fins a ponent».