La sabina bonsái más vieja del mundo es de Ibiza

Durante el evento, Juan Torres y Juan Montesinos, de la Asociación ElxGarden, explicaron a los visitantes su labor en la escuela de bonsáis que dirigen desde hace una década, en la que no dejan de recibir a personas interesadas en este arte milenario. Para ellos, todo comenzó cuando su profesor José Ribas les introdujo en este mundo.

Estos expertos explicaron que «cualquier árbol puede ser digno de convertirse en bonsái, aunque se recomienda que no tengan las hojas grandes. La única dificultad que entraña es dedicarles el tiempo que necesitan».

De entre los 50 ejemplares expuestos en Vara de Rey, los responsables de esta escuela presumieron de la sabina milenaria situada en el centro del paseo. Luciendo incluso su certificado del Libro Guinness de los Récords, destacaron que se trata de un árbol recuperado en Sant Llorenç cuyo dueño falleció hace unos años. La viuda lo cedió después a la escuela, encargada de su mantenimiento. «Se la llevaron a Hamburgo para someterla a la prueba del Carbono-14 y se demostró que tiene más de 1.400 años», destacaron.

«El bonsái evita que vayas a un psicólogo. Es terapia y el árbol nos cultiva a nosotros, no nosotros al árbol», afirmaron también.

Los pequeños de la casa, por su parte, se centraron en disfrutar de los talleres infantiles organizados en el paseo y con los que aprendieron a elaborar puntos de libro, mandalas, pintacaras o pasta de sal.
‘Ball pagès’, un mercado de flores y plantas y ya por la tarde la experiencia festiva La Verbenita, completaron la soleada jornada en Vara de Rey.
Bartolo Torres, de Es Baladre, fue el encargado de impartir uno de los talleres que despertaron también un gran interés. En su caso, mostraron algunas nociones básicas para elaborar bonitos ramos o arreglos con flores de temporada.

Representantes del Ayuntamiento de Ibiza como el concejal responsable de Jardines, Manu Jiménez, reconoció lo»<contento» que se sentía ante el éxito de la fiesta y explicó que su intención había sido recuperar un evento similar que ya se celebraba en Vila en los años 90.

«Queríamos una jornada animada y también dedicada al mundo de las plantas. La gente está contenta porque es algo diferente», concluyó.