Un momento de la presentación que se celebró ayer por la tarde. | Moisés Copa

La reciente ganadora de la Menció d´Honor Sant Jordi del Institut d´Estudis Eivissencs (IEE), Iolanda Bonet, aseguró ayer haber sentido a la par «alegría y nervios, como quien quiere esconderse tras unas cortinas para no ser vista» después de conocer que se le concedía este reconocimiento. La autora dijo también haber pensado de inmediato en aquellos que antes lograron la Menció del IEE.
Todo ello en una semana repleta de emociones para Bonet, quien presentó este viernes su adaptación de las rondaies de Joan Castelló Guasch cumpliendo así un encargo del Institut. Antoni Marí Tirurit y Ana Jakimow han sido los responsables de ilustrar estos trabajos.

Sa bruixa de la Mola o S’ endevineta son algunas de las historias recuperadas por Iolanda Bonet. De hecho, la escritora explicó cómo la primera rondaia, además de estar protagonizada por una mujer como es la bruja de la Mola, está ambientada en Formentera «porque siempre estamos acostumbrados a empezar por las islas más grandes y Formentera siempre queda la última y es una costumbre que tengo desde hace años intentar cambiar este hecho». También aseguró haber elegido estos cuentos porque son «divertidos», lo cual supone una manera de captar la atención de los nuevos lectores.
Bonet recordó cómo desde el IEE contactaron con ella para impulsar este trabajo de recuperación de rondaies ya que «pensaron que era el momento de hacerlo y así han llegado estas dos colecciones». Aunque están catalogadas según las edades de los pequeños lectores, Bonet destacó «cómo las rondaies dirigidas a los más pequeños se leen en las escuelas entre niños de la ESO porque cuando a alguien le gustan las rondaies, le gustan todas».

«Las rondaies tienen esta magia, que cautivan a todas las edades», insistió.
Por el momento, cada colección consta de dos libros y la intención es continuar publicando estos cuentos tradicionales.


«Relatos emotivos»

Iolanda Bonet celebró cómo la rondaia es ahora mismo un género en proceso de recuperación, aunque «somos conscientes de que estos cuentos necesitan una transformación y ahora se conserva la historia, se puede incluso juzgar, pero son relatos emotivos entre ricos y pobres o entre personajes mitológicos».

Toni Tirurit calificó de «tesoro» estos cuentos destinados al público infantil, aunque también aptos para todas las edades. «Hemos hecho este trabajo con mucha ilusión. Iolanda ha realizado unas adaptaciones fantásticas, cuidando mucho el lenguaje y mimando mucho las palabras de Ibiza, respetando la obra que Castelló Guasch recogió en su momento», afirmó el ilustrador, quien aseguró además haberse basado en paisajes de Ibiza o en personajes tradicionales como los fameliars.
«Hemos vuelto a ser niños», destacó Tirurit.

Bonet, sobre las ilustraciones, aseguró que «no es fácil adaptar los dibujos a lo que quiere transmitirse», más cuando la intención era reflejar la Ibiza de hace algún tiempo. «También están muy bien adaptadas al público. Yo debía adaptar las rondaies de Castelló Guasch a cada edad y los ilustradores también han hecho muy bien cada uno en su estilo este trabajo», explicó.
La autora quiso agradecer además el interés de tantas personas que han hecho posible que estas historias hayan llegado a nuestros días. Trabajadora incansable, Bonet avanzó que «ya están a punto de ilustraciones e imprenta» otros trabajos literarios que podrá presentar en breve.