Imagen de archivo del hospital de Formentera. | ARCHIVO

El 14 de marzo, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez aprobó el decreto de Estado de Alarma que ha supuesto el confinamiento de toda la población española. Ayer se cumplieron los primeros 14 días de confinamiento y Formentera no tiene ningún caso de coronavirus diagnosticado. Nadie canta victoria, pero es un hito que después del periodo de confinamiento recomendado, no haya aparecido ni un solo caso diagnosticado. Sin que ello suponga en absoluto, que esté libre de riesgo y que no pueda aparecer en los próximos días.

El área de Salud de Ibiza y Formentera informó de que se han hecho todas las pruebas que han establecido los diferentes protocolos en cada momento. Los protocolos para hacer las pruebas se han ido adaptando a la evolución de la COVID-19. Actualmente, se hace la prueba de detección en las siguientes situaciones: en personas con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda que se encuentre hospitalizada o que cumpla criterios de ingreso hospitalario; o en personas con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de cualquier gravedad que sea personal sanitario y socio sanitario u otros servicios esenciales. No se hace ningún test de diagnóstico de rutina a aquellas personas que presenten infección respiratoria aguda leve no incluida en los supuestos anteriores.

En este sentido, en Formentera se ha hecho una decena de pruebas PCRs y todas ellas han sido negativas. Las muestras se han hecho en Formentera, exceptuando dos que se hicieron a pacientes trasladados a Can Misses en helicóptero.

Unas cifras que, en estos momentos de máxima tensión, después de tantos días de encierro y con acceso a todo tipo de informaciones, que para algunos son pocas. Estos días se han alzado muchas voces que manifiestan en las redes sociales que en Formentera no se han hecho suficientes pruebas y que deberían ampliarse los criterios fijados por el Ministerio de Sanidad, para que más personas fuesen testadas.

Las claves para Salut
Por otro lado, en la rueda de prensa ofrecida ayer por la Conselleria de Salut para actualizar los datos de esta crisis, el doctor Javier Arranz, portavoz del Comité de la Gestión del Coronavirus, analizó el caso concreto de Formentera. Para Arranz la principal ventaja que tiene la pitiusa sur para que no se haya extendido es la disiminación de su población: «Las grandes ciudades han sido los principales focos de contagio. Allí hay mucha gente junta, el transporte público y demás. Esta no es la situación de Formentera». A este razonamiento, le añadió que otro de los puntos fuertes que tiene la isla para que su transmisión sea menor es su difícil acceso lo que complica la posible llegada de personas portadoras del virus.

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EL APUNTE

El primer avión con material para Balears despega de China con mascarillas y trajes

Ayer despegó de Shangai el primer avión con material desde China hacia Balears. El vuelo VDA 3094 de Volga-Dnepr Airlines lleva a bordo 1.252 cajas con mascarillas quirúrgicas antisalpicaduras, mascarillas FFP2 y trajes de protección completos. En total el avión carga casi 18.000 kilogramos de material y es el primero de los cuatro vuelos que llegarán a Palma con material adquirido por el Govern. Hace escala en Moscú y está previsto que llegue a Palma entre las once y las 15 horas del próximo lunes. Los otros tres aviones llegarán los días 6, 12 y 18 de abril y, cuando lo hagan será un total de 50 toneladas de material las que se hayan importado. El abogado José María Lafuente, cuyo despacho ha negociado la operación con los proveedores chinos, señala que toda la mercancía ha sido auditada a través de una empresa médica. «Tienen todos los códigos que se piden por la OMS y por las autoridades sanitarias españolas», asegura.

En un primer momento se pensó en traer toda la mercancía en un único vuelo, pero el aeropuerto de Palma ahora no permite el aterrizaje de un Antonov de ese tamaño.

Lafuente relata las dificultades de la operación, en un momento en el que todo el mundo intenta adquirir grandes cantidades de ese material. El otro problema es encontrar trasporte, para lo que se llegó a la compañía rusa que es la que fletará los cinco aviones. Además, China impide que desembarquen en su país ciudadanos españoles por lo que el material no puede ser inspeccionado in situ.