Actualmente, es obligatorio entrar en las tiendas con la mascarilla y guardar la distancia.

A primera hora de ayer, las nubes y algunos chubascos que dejaron poca agua alegraron el día a los comerciantes de Formentera, que saben que en esas circunstancias, los turistas cambian la arena de la playa por un paseo por las tiendas de la isla.

En los últimos años, la isla ha ido mejorando su oferta comercial, modernizando los establecimientos y con una gran variedad de propuestas que van desde la moda y los complementos, hasta los recuerdos de la isla, pasando por todo tipo de abalorios y artículos playeros.

Manuel es un turista italiano que en la primera quincena de julio ha estado trabajando en la isla y que «aprovecho lo que queda de mes, para quedarme aquí haciendo turismo con mi novia». Hace años que conoce la isla y explica que «hay muchas más tiendas y con mucha variedad, los turistas tenemos mucho más donde elegir».

Por su parte, su novia Claudia es la primera vez que visita la isla y nos explica en un perfecto castellano con acento ítalo-mejicano «me ha sorprendido la gran diversidad de Formentera. A pesar de ser tan pequeña tiene una gran variedad de paisajes y fauna y flora muy abundantes».

Entramos a la tienda de detalles y calzado “Nou Estil” que está llena de ávidos compradores y su propietaria, Marta Costa, nos cuenta que «los días nublados son buenos para el comercio, la gente se anima a ir de tiendas». Costa es optimista: «la verdad es que las cosas están yendo mucho mejor de lo que las previsiones nos hacían prever. En plena pandemia, no nos podemos quejar y vamos a poder salvar la temporada».

La calle peatonal de Jaume I, está llena de visitantes que en ambas direcciones curiosean en los expositores, abarrotan las terrazas de las cafeterías y transportan las mercancías adquiridas. Hoy si parece que sea Agosto en Formentera.

“El pasaje oriental” es una tienda repleta de curiosidades procedentes de todos los rincones del planeta. Pareos, colgantes, bolsas, vestidos, faldas, camisetas y un agradable olor a incienso parecen trasladar al visitante a un zoco oriental. Una de sus dependientas, Yaiza, también se muestra agradecida con las nubes: «Los días como el de hoy, la gente viene a descubrir las tiendas tan bonitas que tenemos y se marchan encantados con sus compras».. Le preguntamos por la temporada: «Se nota indudablemente que hay mucha menos gente que otros años, pero es verdad que ante un panorama que pintaba apocalíptico, las cosas están yendo bastante bien».