Vicente Félix lleva más de sesenta años recopilando sucesos históricos en su memoria y sus cajones. En lenguaje de rublos, céntimos, liras, escudos o pesetas, la afición que inició «de muy niño, cuando encontré en un libro de mi abuelo billetes de Cuba y Filipinas, cuando aún eran colonias españolas», según palabras propias, se ha tornado en una exposición que puede contemplarse desde ayer en el Hogar de Eivissa.

En cada papel expuesto hay un valor que sobrepasa el monetario y se convierte en un acontecimiento, desde la muerte de Pancho Villa en forma de peso al dólar del desembarco de Normandía. Las Cortes de Cádiz, la I República, los inicios de la Guerra Civil, resumidos en pequeños recuadros a los que Vicente añade el texto y la pasión de quién ha trabajado duro por reunir esta colección, conseguida con paciencia e intercambios: «Viajo con frecuencia a Palma y Barcelona y tengo amigos que me mandan cosas», señala. Conserva un especial cariño por una pieza, «la más antigua, que data del año 1904, cuando Alfonso XIII inauguró la estatua de Vara de Rey», aunque para él «la ilusión se extiende por todas las estampas. Soy como un niño con zapatos nuevo». Y su ilusión la ha extendido a su nieto, que, como manda la herencia familiar, se llama igual que él y conserva el gusto por lo exótico. El precio que pudiesen obtener en el mercado no tiene relevancia para alguien que afirma rotundamente que «lo más importante es la herencia que dejo a los míos».