La búsqueda de la primera oportunidad en el mundo laboral ha resultado un éxito para ocho de los 15 jóvenes que el pasado mes de diciembre se apuntaron en el curso de garantía social de Sant Antoni. Otros dos siguen dentro del programa y están buscando un empleo, mientras que cinco de los participantes han abandonado el curso. Esta iniciativa pionera en Sant Antoni ha conseguido formar a jóvenes con pocas expectativas laborales y que abandonaron sus estudios y encontrarles un trabajo con garantía de futuro.

«La estabilidad no es fácil de conseguir, porque algunos de estos chicos y chicas tienen dificultades para aceptar una disciplina. Hay algunos que empezaron a trabajar y descubrieron que no era lo suyo, otros dejaron de ir. Pero el resultado de este curso ha sido bastante bueno», señala Mario Riera, responsable del programa.

Los cursos, financiados mediante un convenio entre el Govern y el Ayuntamiento, «vienen a suplir carencias sociales y una importante demanda». «Hacemos un trabajo de intermediarios y un seguimiento continuo de cada caso. Nuestra labor no sólo se limita a colocarles en el mercado laboral», añade.

«No hay cocineros cualificados»
Ganarse la vida entre fogones es una opción que está en alza en Eivissa. «Hay mucha demanda de cocineros y no existe personal cualificado. Una vez estos jóvenes finalicen el curso y obtengan el diploma convalidado por la Conselleria d'Educació, tendrán más facilidades para encontrar trabajo», señala Riera.

Buena prueba de ello es que esta iniciativa ha tenido una excelente acogida entre los empresarios de Sant Antoni. El Ayuntamiento ha firmado un convenio con la Asociación de Hoteleros de la bahía para facilitar la contratación de estos trabajadores «y en la mayoría de los casos ha funcionado muy bien», destaca el responsable de este programa de garantía social. «Los mismos empresarios- añade- se quejan de la falta de cocineros profesionales en Sant Antoni. Sin lugar a dudas, es un sector que tiene mucho futuro».