La procesión hizo el recorrido tradicional, bajo un fuerte calor, por los alrededores de la iglesia. FOTO: DAVID MARTÃNEZ.
Sant Llorenç de Balàfia celebró ayer las fiestas en honor al santo al que debe su topónimo. Los actos festivos comenzaron a las 11'30 horas de la mañana con el tradicional repique de campanas para llamar a los feligreses a la misa solemne del mediodía. Éste fue uno de los actos más concurridos. Varios cientos de personas, entre los que se encontraban el alcalde de Sant Joan de Labritja, Antoni Marí, la presidenta del Consell, Pilar Costa, la titular de Cultura del Consell, Fanny Tur, así como el delegado del gobierno, y diversas autoridades civiles y militares, abarrotaron el templo en el que los abanicos dieron el toque de color a la homilía. El vicario de Santa Cruz, Vicente Ribas, fue el encargado de oficiar la misa cantada por el coro parroquial, en la que las altas temperaturas hicieron recordar a muchos de los asistentes el martirio sufrido por el patrón, calificado por el predicador como «testimonio de fe y de virtud».
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