La juventud fue la nota dominante en las aspirantes a representar las celebraciones del barrio ibicenco. Foto: Vicenç Fenollosa.

A primera hora de la mañana aún se ultimaban los detalles: ubicación de las barras, instalaciones eléctricas y por supuesto, el ensayo del baile que por la noche las jóvenes de Cas Serres realizaron en sus actuaciones sobre el escenario. Mambo, congas, sambas y diversos estilos fusionados en una peculiar combinación que ellas supieron lucir con gracia en un paso previo a la elección del joven rostro representante de las fiestas de este año que se decidió tras tres pases: bañador, calle y noche, entre las catorce aspirantes de entre 11 y 15 años.

El concurso de flamenco, previsto como experiencia novedosa en esta edición, hubo de suspenderse debido a la falta de inscritos, tal y como apuntaba el presidente de la asociación de vecinos. No obstante, esta ha sido la única modificación de un programa que, desde ayer, tiene mucho del arte y la gracia del sur (con las actuaciones de un cuadro flamenco, el ballet de la casa cultural andaluza e incluso un concurso de sevillanas) y de las tradiciones ibicencas (diana floreada, banda de tambores y cornetas o la paella popular). Una perfecta conjunción que intenta aunar los intereses de emigrantes y residentes de una zona emblemática de Eivissa.