La campaña de agogida se inició en 1991. Este año vineron cuarenta jóvenes.

La Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui prepara, en colaboración con el Rotary Club de Eivissa, una gran cena con el objetivo de recaudar fondos que sufraguen la cuantía económica de la estancia de cuarenta chicos saharauis este verano y poder hacer realidad sus proyectos de futuro.

La mayoría de los pequeños que disfrutaron de la estación estival, tanto en Eivissa como Formentera, precisaron asistencia médica, ya que se veían afectados de enfermedades que oscilaban de la desnutrición a soplos en el corazón. A ello hay que sumar la presencia de cuatro jóvenes mutilados de guerra, en principio monitores, que resultaron una inesperada sorpresa -disparando el presupuesto estimado por la organización en un millón de pesetas- y una operación de vista que se realizó a una chica. Por ello, la gala del sábado se presenta como la ocasión perfecta para que 120 comensales aporten, en virtud de las 5.000 pesetas que cuesta el cous-cous, algo que dista mucho de ser una mera cantidad de dinero. De ahí el hincapié de Eladio Merino en destacar, no sólo las cualidades culinarias de los socios (que se sumarán en bloque a la velada), sino el detalle a nivel humano que implica la participación en el evento. La capacidad y los recursos humanos impiden que se aumente el número de invitados, aunque se pondrá un tiket a la venta para los que quieran, aunque no sea físicamente, estar de una forma u otra.

Cristina Sainz, vicepresidenta del organismo quiso recalcar la idea del seguimiento y la profundidad de cada una de las acciones que se emprenden: «queremos que se abandone la sensación de que únicamente actuamos cuando llegan los menores». La primera de las iniciativas previstas será en diciembre: un viaje charter con medicamentos, ropa y comida destinado a los campos de refugiados del Frente Polisario, para lo cual se pondrá en marcha en breve una campaña de recogida de todos estos materiales. También se gesta a nivel balear el transporte de vacunas para toda la población infantil, hecho que de llevarse a cabo supone unos costes cercanos a los 19 millones de pesetas. Además, cinco farmacéuticos se instruyen aquí para intentar reproducir el modelo, al menos de forma básica, de manera que puedan atenderse las necesidades más básicas de la población de la zona.