A pesar de que el año pasado las previsiones de ocupación ya se quedaron cortas, este verano la demanda de plazas superará con creces el récord de 1999.

Las Pitiüses sufrirán una nueva invasión marítima durante este verano, aunque de carácter pacífico. A falta de un mes para el inicio de la temporada turística, los puertos deportivos de la isla han confirmado que habrá un aumento notable de barcos de recreo en las costas de Eivissa y Formentera, de forma que la demanda de plazas superará con creces la oferta, a pesar del aumento que han registrado embarcaderos como el de Sant Antoni, que ofrece un centenar a de amarres más este año.

Aunque en algunos casos los puertos no admiten reservas anticipadas, la realidad es que los propietarios de embarcaciones de recreo de todo tipo llevan meses llamando a las oficinas de estos centros para solicitar información sobre precios y posibilidades de atraque.

La ocupación más elevada se producirá entre los meses de julio y septiembre, cuando los amarres estarán al cien por ciento por lo que los responsables de los embarcaderos apuntan que habrá usuarios que se verán obligados a fondear fuera de los puertos. A pesar de ello, han apuntado que el personal de estos centros se desplazará hasta los barcos para prestarles servicios de limpieza, agua o combustible.

El total de plazas estimadas en la actualidad en las Pitiüses es de unas 2.500, repartidas entre las 300 que ofrece el Club Náutico Ibiza para sus socios, los 536 amarres de Ibiza Nueva, las 428 de Marina Botafoch, además del puerto deportivo de Sant Antoni, que cuenta con 400 plazas y el de Santa Eulària que, con una capacidad para 755 embarcaciones, es el de mayor tamaño y el que cuenta con las instalaciones más modernas.

En Formentera se reparten 198 plazas entre los puertos de Formentera Mar y Marina de Formentera.