Ver la TV3 sin que los presentadores pasen de lucir un cutis pálido y enfermizo a otro que parece curtido por una triple sesión de rayos UVA y sin tener que sufrir periódicas líneas horizontales surcando la pantalla de arriba abajo, son algunas de las mejoras que puede suponer el traslado de las antenas que ahora coronan el Castillo.

Govern y Consell pretenden liberar esta zona de interés patrimonial de estas infraestructuras radioeléctricas, para lo que han solicitado un proyecto a una empresa especializada, AD Telecom, sobre posibles alternativas a este emplazamiento, que incluye dos opciones. La primera propone retirar todas las antenas y trasladarlas a una colina cercana a Eivissa donde la cobertura sea equivalente a la que tienen actualmente. Sin embargo parece que la segunda opción es la que va a cuajar . Esta alternativa consiste en construir una torre de telecomunicaciones, que no sólo supone un trabajo de ingeniería de telecomunicaciones sino todo un ejercicio urbanístico y de diseño. El proyecto de AD Telecom sugiere erigirla en una zona próxima a los cinturones de ronda, pero los responsables del Consell y del Govern barajan la posibilidad de instalarla en las inmediaciones del observatorio astronómico de Puig des Molis.

Lo que parece evidente es que el Castillo de Eivissa necesita que se «tale» urgentemente su pequeño bosque de antenas, compuesto por cuatro mástiles de entre 4 y 8 metros destinados a la emisión y recepción de televisión y radio FM y entre siete y diez antenas para aplicaciones de comunicación móviles. Algunos de estos repetidores ni siquiera están en uso y otros son ilegales.