Con este proyecto se escaparían del pago aquellos turistas que no se alojen en hoteles o apartamentos turísticos controlados por las instituciones del sector.

El Govern de les Illes Balears ha optado, finalmente, por impulsar un modelo de ecotasa que implica su cobro en los hoteles, aunque todavía no se le ha dado el visto bueno al proyecto, que previsiblemente se aprobará en el mes de junio. De hecho, el Ejecutivo se ha marcado un mes de plazo para darle al texto los últimos retoques y enviarlo al Parlament para su correspondiente tramitación.

El objetivo del Govern, manifestado por el presidente Francesc Antich en las diversas reuniones mantenidas con su equipo de gobierno, es aprobar el proyecto de ley lo antes posible para intentar que la tramitación parlamentaria esté superada entre septiembre y octubre de este mismo año. De esta manera también se cumpliría el objetivo de que este nuevo impuesto empiece a aplicarse a partir del 1 de enero de 2001.

Para conseguir su propósito el presidente Antich ha tenido que forzar un cambio de estrategia en el Govern. Antich ha ordenado a sus consellers que no hagan más manifestaciones públicas sobre la ecotasa para no aumentar la confusión creada por el Ejecutivo durante sus primeros meses de gestión. Además, el último borrador no ha sido entregado a ningún miembro del Govern para evitar filtraciones. Sólo Antich, y los consellers de Economia y Turisme, Joan Mesquida y Celestí Alomar, respectivamente, tienen en su poder el texto de la futura ley.

Además, la nueva estrategia de Antich pasa por mantener contactos con grupos reducidos de hoteleros, ya que la macro reunión mantenida a principios de año en el Consolat de Mar supuso un auténtico fracaso. De hecho, el Govern ha mantenido unas primeras conversaciones con hoteleros y, aunque el gabinete autonómico considera muy difícil poder convencer al sector turístico de la necesidad de esta ley, todo parece indicar que el proyecto se llevará adelante aunque exista el rechazo por parte de la patronal.