Las aulas del instituto Blanca Dona fueron escenario de la primera sesión de la selectividad. Foto:VICENÇ FENOLLOSA.

Gema está exenta de catalán. Su padre fue destinado a la isla por motivos laborales y ella, como tantos jóvenes en idéntica situación, posee una prórroga de al menos tres años para adaptarse a la nueva lengua. Ayer aprovechó este tiempo de ventaja sobre sus compañeros de clase (que se examinaban de la materia en ese momento) para ultimar algunos detalles sobre parejas formadas por personajes tan famosos como Hume, Santo Tomás de Aquino o Platón, todos ellos, protagonistas del próximo examen: el de filosofía. La tarde no es un horario excesivamente recomendable para atender a las disputas del ser, la nada o el método mayeútico, pero nadie les ha preguntado su opinión.

El escenario de las disquisiciones ha sido el Instituto Blanca Dona. Allí, desde las nueve de la mañana de ayer y durante los próximos dos días se han reunido 291 alumnos ibicencos dispuestos a afrontar con éxito la selectividad. Las cifras, con cerca de un 90% de aprobados, les respaldan, pero eso no es ápice para que gestos y expresiones sean la pura definición de los nervios.

Este año además se han introducido novedades: no sólo se ha modificado el sistema de puntuación -la calificación obtenida en la prueba se contrarresta en un 60% con la media del bachillerato- sino que los estudiantes cuentan con la posibilidad de reclamar hasta dos veces en caso de no estar conformes con las notas expuestas a partir del 30 de junio. No obstante, los cambios no terminan ahí; puede que se trate del último año en que la distinción entre alumnos de COU y LOGSE se haga efectiva. El número de matriculados en el primer apartado ha ido descendiendo paulatinamente a lo largo de los últimos años hasta comprender el 8'79% en Eivissa y el 0% en Formentera donde realizaban simultáneamente los ejercicios 19 jóvenes en el Institut Marc Ferrer. Por el contrario, las chicas suponen entre el 65 y el 54% de ambas modalidades.