Los inmigrantes que llegan a Eivissa han encontrado una vía para integrarse en la sociedad. El centro Betania, dependiente de Cáritas, imparte clases de castellano a este colectivo con el fin de que el idioma no se convierta en una barrera para ellos.

El requisito que el inmigrante debe cumplir pasa por ser adulto. Se desprende de este hecho que sus hijos tienen la posibilidad de acceder a las escuelas y que no requieren la asistencia de este centro, aunque Betania también cuenta con talleres especiales dirigidos a los niños. De carácter gratuito, el centro sólo requiere que exista un compromiso de asistir por parte del foráneo. «Las clases son gratuitas, aunque sí es vital que los alumnos sean constantes, que acudan con regularidad», confirma el hermano Jesús Díaz, director del centro Betania.

Los inmigrantes que se han inscrito en el presente curso 2000-2001 son siete, seis de ellos marroquíes y un canadiense. De la tarea docente se encargan voluntarios de la ONG, que imparten las clases dos días por semana.

Al aprender el castellano este colectivo encuentra una llave para comprender mejor el entorno nuevo en el que tienen que desenvolverse. Trabajan en actividades correspondientes a la agricultura o la jardinería o, en el peor de los casos, están en paro. «Es bonito comprobar la facilidad de asimilación que presentan. El canadiense, por ejemplo, ya dialoga en castellano y lee textos y sólo lleva quince días. El curso que viene a lo mejor les enseñamos hasta el catalán», apunta el hermano Jesús Díaz.