El concejal de Economía del Ayuntamiento de Eivissa, Joan Boned, señaló ayer que todavía no se ha decidido qué incremento porcentual registrarán en el año 2001 las ordenanzas fiscales municipales, pero adelantó la posibilidad de que algunas de ellas sufran una reorganización para conseguir que el pago sea más equitativo.

El caso más claro es el del precio del agua, un concepto que el equipo de gobierno se comprometió a revisar después de su reunión con los representantes de la asociación de familias numerosas. Boned, que puntualiza que el Ayuntamiento no está en estos momentos en condiciones de «permitirse el lujo de reducir sus ingresos», cree que hay dos maneras de hacer el pago de estas tarifas más «equitativo»: subvencionando a las familias numerosas y a las especialmente necesitadas o gravando más a las personas que tienen un consumo exagerado y que no demuestren que es así por alguna necesidad específica. Esta medida serviría, además, para fomentar el ahorro de un recurso escaso como es el agua, apunta el concejal. Eivissa no descarta modificar otras de sus ordenanzas a partir del año que viene y, así, el responsable de las finanzas municipales apunta la posibilidad de que sufran también algunos cambios las tarifas de cementerios, basuras y las de concesión de licencias de obras.

«No se pueden hacer determinadas cábalas "comenta Boned cuando se le plantea la posibilidad de reducir las contribuciones de los ciudadanos del municipio" porque necesitamos determinados ingresos. Eso no significa que no se puedan producir reducciones cuando el Ayuntamiento sí pueda permitírselo. Por eso planteamos que más que bajar las ordenanzas lo que hay que promover es una redistribución que sea más equitativa».