Balears alcanzará la cifra de 80.000 extranjeros empadronados al acabar el nuevo siglo, según anunció ayer el vicepresidente del Govern de les Illes Balears y conseller d'Economia, Comerç i Indústria, Pere Sampol, en la presentación del estudio demográfico sobre población extranjera de las Islas que abarca el período entre 1962 y 1998, realizado por el Institut Balear d'Estadística. El vicepresidente dijo que esta cifra representa el 7 por ciento del total de la población balear.

Según Sampol, cuando se acabó el libro «Població estrangera a les Illes Balears. Característiques demogràfiques 1962-1998» se hizo una prospección sobre cuál sería la población de las Islas en los seis primeros años del nuevo siglo y se estimó que Balears llegaría a los 60.000 residentes extranjeros. «Después, en base a los datos reales del censo, el proceso de regularización de inmigrantes y el crecimiento económico nos ha permitido comprobar que no sólo se han superado los 60.000 extranjeros, sino que llegaremos a los 80.000 en 2001», apuntó el vicepresidente.

Según el estudio, en 1998 había en las Islas 38.260 extranjeros censados, lo que suponía el 6 por ciento del conjunto del Estado, en el que Balears ocupaba el sexto lugar entre las comunidades en cuanto al número absoluto y era la primera región en incidencia, con un 4'8 por ciento de población de otros países.

De los residentes extranjeros contabilizados en 1998, el 76 por ciento era europeo (29.068), el 11 por ciento africano (3.650), el 9 por ciento americano (4.103, de los que 2.516 proceden de Sudamérica) y el 4 por ciento asiático (1.354). Las cuatro nacionalidades más comunes entre los extranjeros censados son la alemana (10.417), la británica (7.873), la francesa (3.161) y la marroquí (2.846). Los principales motivos que traen a los inmigrantes a Balears son la búsqueda de una mejora de la calidad de vida en el caso de los europeos y la de encontrar un trabajo que les permita ganarse la vida en el de los africanos.