El Ejecutivo autonómico estudia rebajar la edad para realizar los test a los animales de los 30 a los 24 meses.

El Govern balear está estudiando la posibilidad de incinerar los materiales específicos de riesgo, MER, y los cuerpos de los animales que mueran en granja, a través de incineradoras móviles o utilizando instalaciones que, aunque tengan capacidad para desarrollar el proceso, no estén homologadas por el Ministerio de Agricultura.

La primera posibilidad ha surgido tras las conversaciones entre los responsables de las Consellerias de Agricultura y Medi Ambient y era una opción que barajaba Morro hace unas semanas para evitar tener que congelar los restos de animales para, posteriormente, enviarlos a Girona para que sean destruidos. En aquel momento se calculaba el coste de una incineradora móvil en, aproximadamente, 50 millones de pesetas y se pensaba que podía llegar a las Islas en dos o tres meses. El problema ahora es que, con la polémica de las «vacas locas», existe mucha demanda de esta clase de instalaciones.

La segunda opción, la de utilizar infraestructuras no homologadas, fue comentada ayer por el director general de Sanitat, Josep Pomar, y depende de las conversaciones que se lleven a cabo entre consellerias y el Gobierno central. Asimismo, se plantea la posibilidad de rebajar la edad en la que es obligatorio la realización de los test y reducirla desde los 30 meses actuales hasta los 24 meses. «Hasta ahora los ganaderos podían enterrar a los animales que no estaban destinados a la cadena alimenticia en sus propias fincas pero si se confirma el caso de Menorca tendrán que incinerarse y en las Islas no contamos con instalaciones de este tipo», aseguró Pomar.

Mientras tanto los técnicos de la conselleria d'Agricultura en Menorca siguen investigando la procedencia de la vaca de nueve años, y destinada a la producción láctea, que dió positivo en el primer test de encefalopatía espongiforme bovina. Fuentes oficiosas aseguran que fue importada de Francia poco después de nacer, en 1991, y que luego ha ido pasando por diferentes explotaciones de la Isla.

Por contra, desde el Govern se asegura que aún no hay datos, (antecedentes y posibles descendientes), confirmados y que se está estudiando la posibilidad de que el animal consumiera piensos animales ya que este tipo de alimentos no se prohibió para rumiantes hasta 1994.