GUILLERMO ROMANÍ Las carreteras de Formentera presentan una serie de deficiencias, especialmente en lo que a señalización se refiere, que las convierten en un peligroso acertijo para los conductores. En noviembre del 99, hace pues más de quince meses, este rotativo dedicaba un amplio reportaje al lamentable estado de las principales vías de Formentera, señalando que dos de las tres más importantes merecían un suspenso absoluto en cuanto a señalización, limpieza y otros detalles que afectaban seriamente a la seguridad de quienes circulan por ellas. Lamentablemente y tras ese tiempo, en muchos de los casos la situación sigue siendo exactamente la misma.

La primera de estas vías, que soporta un tráfico muy intenso a lo largo de todo el verano, es la PMV-8202, que une la Savina con es Pujols bordeando s'Estany Pudent y es un paso obligatorio para acceder a las playas de Illetes y Llevant; en ella se puede apreciar que los postes de señalización relativos a curvas, velocidad o prohibición de adelantar, en la mayoría de los casos carecen de las señales preceptivas, están caídos o arrancados de cuajo. Y cuando una señal es correcta y visible, falta su gemela al otro lado de la calzada. En esta vía la única diferencia respecto a quince meses atrás consiste en que el firme ha sido repasado en algunos lugares en los que habían baches pronunciados.

La PMV-8201 que va desde Sant Francesc Xavier hasta el faro de es Cap de Barbaria, con un desvío hacia Cala Saona, también es una buena prueba de que en materia de señalización vial, Formentera ha de mejorar y mucho. Como en la carretera de s'Estany Pudent, faltan señales, pero en este caso las que sí están en su sitio correspondiente son difícilmente visibles.