El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Eivissa ha decidido ir dotando poco a poco al municipio de red separativa de aguas pluviales y fecales, aunque debido al elevado coste de estas obras y al hecho de que requieren levantar una por una las calles, la reforma se irá acometiendo paulatinamente.

Según explicó el concejal de Urbanismo del Consistorio ibicenco, Joan Boned, la red de pluviales no se limitará a las calles del barrio de es Pratet que ya están proyectadas (los trabajos están en una segunda fase y tras el verano está previsto acometer la tercera y definitiva), sino que se aprovechará cualquier obra que requiera remodelar una calle para instalar la red separativa.

El primer ejemplo de esta nueva política se produjo en la calle Garijo, ubicada en las inmediaciones del puerto de Eivissa. El equipo de gobierno del Pacte Progressista ordenó cambiar el proyecto de reforma de esta calle para incluir el desdoblamiento de las tuberías aunque, a día de hoy, no tiene utilidad alguna. El hecho de que ninguna de las calles colindantes tengan hecho ese mismo desdoblamiento impide que las aguas pluviales y fecales se canalicen por diferentes tuberías.

El próximo paso serán las vías peatonales. Tras la temporada turística se limitará el acceso de vehículos a tres calles de la Marina y al primer tramo de la calle Castilla. Boned señaló que la obra prevista por el Consistorio no se limita a embaldosar, sino que también contempla la instalación de la red de pluviales para que, en el futuro, todas las calles de la ciudad estén dotadas con este tipo de tuberías que permiten canalizar el agua de lluvia de una manera mucho más rápida y reducir los efectos de las fuertes trombas.