Francesc Xavier Torres, delegado de liturgia y párroco de Sant Jordi, comentó la importancia y vigencia de la Cuaresma. Foto: M.FERRER.

Francesc Xavier Torres Peters, párroco de Sant Jordi y delegado de liturgia del Obispado, explica los cambios de actitud y mentalidad de los cristianos ante la Cuaresma. «Antes no se acentuaba tanto la preparación interior del individuo y se hacía más mella en la muerte, el sufrimiento y la penitencia, mientras que ahora todo eso ha pasado a un segundo plano y lo que se destaca es la resurrección, la vida y la felicidad, viviendo la Cuaresma con alegría y optimismo».

"¿Cuál es el lema de la Cuaresma de 2001?
"El lema es cada año el mismo. Digamos que la Cuaresma se plantea como una preparación a la celebración de la Pascua, que es la pasión, la muerte y resurrección de Cristo que es la esencia del mensaje cristiano. Son cuarenta días preparatorios para poder vivir con más intensidad y el misterio de la Pascua.

"Estos cuarenta días son para reflexionar...
"Digamos que son una cifra simbólica a imitación, salvando las distancias, de los cuarenta días que según el Evangelio pasó Cristo en el desierto ayunando y orando. Es como un trasunto de la Cuaresma de Jesús en el desierto después de la cual tuvo las tentaciones, que es el evangelio con el que comienza este periodo.

"¿Y qué es lo más importante en estos días?
"La oración, la escucha de la palabra de Dios, la caridad y la penitencia, es decir, moderar nuestro consumismo y nuestros excesos para poder tener un espíritu más despejado para redescubrir dimensiones que tenemos olvidadas. En el fondo lo que se pretende es un cambio: ir limando nuestros defectos, limitaciones o pecados para ser más personas y más felices.

"Existen una serie de obligaciones que continúan vigentes...
"La Cuaresma no es una penitencia masoquista, a veces se entiende mal. Hay una serie de signos que te pueden ayudar a vivirla con autenticidad pero que también te pueden engañar. La Cuaresma no consiste únicamente en no comer carne, dar un poco de limosna e ir un poquito más a misa. Éstos son signos, medios externos a practicar, pero lo importante es la interiorización y asimilación de los valores que este periodo quiere transmitir.