Silencio, devoción y sorpresa por la buena escenificación fue lo que predominó ayer durante la hora y media que duró el recorrido del segundo Via Crucis viviente organizado en Santa Eulària. Desde las 10'00 y hasta pasadas las 11'30 horas de la mañana, cientos de personas de todas las edades se dieron cita en la confluencia de las calles Sant Josep y Sol de la localidad siguiendo los acordes marcados por la Banda de Tambores y Cornetas de Santa Eulària. El público acompañó y vivió todo el proceso de condena a muerte, carga de la cruz, caídas, crucifixión, descenso y enterramiento de Cristo hasta el interior de Puig delMissa.

Esta representación, en la que participaron una quincena de personas que encarnaron a los distintos personajes de la Pasión, arrastró sin titubeos a cientos de personas que siguieron toda la evolución de uno de los episodios más importantes de la Semana Santa. El párroco y el diácono de la localidad, Vicente Tur y Antonio Ferrer respectivamente, fueron los encargados de dirigir el desarrollo de todos los acontecimientos a través de la lectura de los 14 episodios de la Pasión y Muerte de Cristo. «Se trata de los 14 episodios del Via Crucis en los que se cuenta el camino de la cruz y se contemplan los cuadros de la vía dolorosa de Jesús», comentó Vicente Tur.

Entre los personajes, interpretados por una quincena de vecinos, figuraban además del Cristo, el protagonista de todo el ciclo arrastrando agónicamente la cruz, el verdugo, encargado de soltar numerosos latigazos y empujones y de clavar de pies y manos al Mesías, y un cuarteto de soldados romanos encargados de custodiar al condenado. A medida que se avanzaba en el recorrido fueron apareciendo el resto de los personajes: la Virgen María desconsolada, el sirineo que ayudó a Jesús a llevar la Cruz hasta el final, la Verónica y San Juan, todos ellos metidos en sus papeles.

El momento culminante del Via Crucis fue el de la crucifixión, descendimiento y conducción hacia el sepulcro, donde cientos de personas rompieron las zonas acordonadas para seguir la agonía de Cristo y su viaje hacia el sepulcro. El organizador de esta procesión, Andrés Ramos, vio ayer culminado todo el esfuerzo realizado en los últimos meses al recibir numerosas felicitaciones. Al final el madrugón de las 8'00 de la mañana, hora en que todos los protagonistas se pusieron manos a la obra, tuvo como recompensa la aprobación por parte del público.