Carlos Posadas, afincado en Eivissa desde hace un par de años, es uno de los cocineros de mayor prestigio y proyección internacional de los últimos años. Actualmente este vasco compagina la dirección de los fogones del restaurante Can Curreu de Sant Carles con la participación en cursos, jornadas y festivales gastronómicos de todo el mundo para dar a conocer la cocina española y más concretamente las virtudes y ventajas de la dieta mediterránea.

"¿Desde cuándo se dedica usted a la cocina?
"Tengo 32 años y empecé con 16 a cocinar en Bermeo, un puerto pesquero muy conocido de Vizcaya.

"¿Su entrada en el mundo de la gastronomía fue casual o vocacional?
"Desde pequeño me llamó mucho la atención el tema de la cocina. En el País Vasco hay mucha tradición de realizar competiciones gastronómicas de paellas, tortillas y bacalao, y la cultura gastronómica está muy metida en la sociedad.

"A lo largo de sus 16 años de trayectoria ha trabajado en diferentes países y se ha hecho a sí mismo. ¿Dónde ha aprendido todo lo que sabe?
"Después de Bermeo trabajé en algunos restaurantes más de la Península, y me fui una temporada a Francia para perfeccionar las técnicas. Luego he hecho prácticas en Irlanda e Inglaterra y he participado en congresos internacionales de aceite de oliva en Brasil, Australia, Turquía e Italia. No estudié hostelería. Empecé fregando sartenes hace muchos años y me cautivaron tanto los fogones que poco a poco me hice cocinero.

"¿Qué es necesario entonces para ser un buen chef?
"Sobre todo perseverancia y ser muy insistente en el trabajo, mirar mucho el producto ya que éste ya te va diciendo lo que necesita. Un buen cocinero da a los alimentos la delicadeza de respetarlos uno a uno y darles los matices y los aromas con hierbas y las texturas. Yo intento que cada alimento sepa a lo que es verdaderamente y que a su vez esto haga una armonía con otros sabores que hagan un plato redondo y divertido.