El Consell ha querido que este centro sea lo más similar posible a una vivienda familiar. Foto: V.FENOLLOSA.

La consellera de Benestar Social del Consell Insular, Sofía Hernanz, aseguró ayer que los menores de acogida que se encontraban en el centro Bisbe Huix, actualmente en reforma para albergar una guardería, vivían «hacinados en un espacio viejo que no reunía las condiciones». Explicó que la primera vez que visitó el centro de menores «tuve clarísimo de que no era justo ni digno». La responsable insular de Benestar Social explicó que la situación de Bisbe Huix «era continuamente denunciada por los propios profesionales del centro, servicios sociales y menores». Aludió, además, a la labor del anterior equipo de gobierno. «Si la institución no da el paso de invertir, difícilmente se puede hacer un trabajo de reinserción y acogimiento en unas condiciones físicas como eran esas», señaló.

Hernanz se refirió al estado en el que se encontraba Bisbe Huix, donde hasta hace dos semanas estaban internados los menores, durante la inauguración del piso de acogida del Consell Insular en la calle González Abarca de Eivissa. El inmueble, propiedad de la institución insular, ha sufrido una reforma para adaptarse a este nuevo servicio. La rehabilitación del piso ha costado 12 millones de pesetas. El estado del anterior centro tampoco pasó por alto por el director del centro, José María Sánchez, que agradeció la labor del Consell ya que «se ha conseguido un piso en condiciones dignas, para que el equipo de profesionales pueda desarrollar una labor educativa lo más eficiente posible». «Cualquier persona hubiera deseado no estar en ese centro, porque no reunía las condiciones de habitabilidad», añadió.

La presidenta del Consell Insular, Pilar Costa, señaló que estas nuevas instalaciones «supone una mejora cualitativa muy importante». Añadió que con este cambio se ha tratado de «dignificar la vivienda de cualquier persona y, en este caso, de unos menores con una problemática». El equipo del centro está formado por ocho personas, cinco de ellos son educadores. El piso cuenta con cuatro habitaciones para albergar a un máximo de siete menores, dos despachos, el salón, un comedor y la cocina. La intención es que el inmueble sea lo más similar a «un medio familiar normalizado», subrayó el director del centro de acogida. La inauguración del centro reunió ayer a trabajadores sociales de las distintas instituciones que desarrollan su labor en Eivissa.

Ausencia de escolarización
La desregularización de hábitos, horarios y ausencia de escolarización son los problemas más frecuentes de estos menores. Sólo uno de los tres que reside en el centro está escolarizado. Además, se encuentra algún caso de delincuencia juvenil. Actualmente hay ingresados tres menores en el centro de reforma.