El Consell de Govern acordó ayer destinar 126'2 millones de pesetas para hacer frente a unos imprevistos surgidos en el proyecto de construcción de la variante de Santa Eulària, según informó el conseller de Presidència, Antoni Garcías. Las obras, que se ejecutarán en un plazo máximo de seis meses, consistirán en desmontar la antigua red de saneamiento, instalar una nueva canalización, y colocar pozos de registro cada 30 metros y conexiones a las redes transversales de la carretera, entre otras actuaciones.

Los técnicos han detectado que la futura variante de Santa Eulària, incluida en el convenio de carreteras firmado entre el Ministerio de Fomento y el Govern balear, afecta a las redes de Telefónica y Gesa que se encuentran en medio de la calzada, lo que hace necesario efectuar estas obras. Según se detalló desde la Conselleria balear d'Obres Públiques, las canalizaciones enterradas de Telefónica y Gesa que se hallan en medio de la futura calzada «no poseen la protección suficiente para soportar el aumento de tráfico que experimentará la vía».

La red de abastecimiento de agua potable desaparecerá prácticamente a la hora de tratar el terreno para realizar la nueva rasante, por lo que será necesario situarla fuera de la calzada, bajo la futura acera. Precisamente, los trabajos se retrasaron a finales de 1999 debido a una serie de modificaciones puntuales realizadas sobre el proyecto inicial con el fin de evitar al máximo el impacto de la nueva carretera y aprovechar las infraestructuras ya existentes en la zona por donde debía transcurrir.