Alrededor de 50 personas se concentraron ayer por la tarde en el aparcamiento de las Viviendas de Protección Oficial de Can Misses para protestar por el cese de Margarita Lliteras como responsable de la Oficina del Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi).

Las personas congregadas resaltaron la labor emprendida por Lliteras durante el proceso de adjudicación de las viviendas, especialmente a la hora de resolver los problemas que surgieron durante la tramitación. Por esa razón, algunos vecinos expresaron su malestar porque sólo estuviera presente en esa manifestación una pequeña parte de las familias que resultaron beneficiadas por Lliteras: «En su momento -comentó una residente- todo el mundo se arrimaba a Margarita y le decía 'ayúdame, ayúdame', y ahora, ya ves, todos en los balcones o metidos en sus casas». En esos edificios viven 72 familias. La adhesión anunciada de los propietarios de otras viviendas de protección oficial de los barrios de Cas Serres y Santa Margarita no fue significativa.

La concentración se vivió en un ambiente a medio camino entre lo festivo y la desazón por la escasa asistencia. Los más entusiastas coreaban de vez en cuando el nombre de Margarita Lliteras («No te vayas Margarita/ no te vayas por favor...») o improvisaban en un cuaderno de espiral una recogida informal de firmas a favor de la, hasta julio, responsable de la oficina del Ibavi en las Pitiüses.

El 'ministro', rey de las consignas
Un tamborilero marcaba el ritmo. Dos niñas aparecieron con una frágil pancarta de un metro de largo sujeta a dos ramas de mata. El 'ministro' ponía orden y lanzaba sugerentes consignas, aunque algunas, como la amenaza de abandonar las casas si no se reincorpora a Margarita Lliteras a su trabajo, no coló y causó, más que nada,la hilaridad de los presentes. Incluso la del mismo 'ministro'.